domingo, 23 de diciembre de 2012

(1987) La muerte viaja en video

La muerte viaja en video en una filmación estadounidense cuyo título original es "The video dead", grabada en 1987 y distribuída directamente en VHS.

Un escritor vive en una mansión en un pueblo rural, un día el servicio de mensajería le trae un paquete por error: un televisor. Sin hacerle ascos a esta imprevista entrega, lo conecta, pero la película que están retransmitiendo titulada "Zombie blood nightmare" no le acaba de convencer y la quita, sin embargo la película sigue viéndose en el aparato incluso desenchufado. Aparecen las fuerzas ocultas en el lugar y los zombis de la televisión acaban atravesando la pantalla, se cuelan en su habitación y asesinan al escritor.

Posteriormente la historia nos sitúa tres meses después, en el momento en el que una pareja de hermanos adolescentes llegan a su nuevo hogar, la mansión del escritor. Según parece sus padres, que están en Arabia Saudí, llegarán en unos días, mientras, la hermana mayor y el hermano colgadillo ya se están alojando en aquel lugar. 

Al poco tiempo aparece el verdadero destinatario del televisor, un texano que les advierte del peligro que corren si no les entregan el aparato, pero el hermano menor pasa de él y se lo queda. No obstante, esa misma noche tendrá una experiencia que hará seguir los consejos de "El basurero", un personaje que por la misma TV le dice que lo que debe hacer es llevar el televisor al sótano y pegarle un espejo en la pantalla, y así lo hace el joven.

Mientras, los zombis que salieron la primera vez con el escritor siguen por ahí deambulando -y se ve que en tres meses han sido muy discretitos- ya parece que actúan como tales y empiezan a matar a vecinos del barrio, aunque estos muertos vivientes son más de asesinar con sus propias manos antes que a mordiscos y tampoco se vuelven a levantar a los que matan.

El dueño del televisor insiste y esta vez sí que le creen. Comenta que los espejos sirve para ahuyentar a los muertos porque no soportan verse, también aporta las posibles soluciones para acabar con ellos. Lo primero que intentan es, ya que según parece estos zombis creen que están vivos, matarlos como a los vivos, que se convenzan de que están muertos y que se pudran. No obstante, los planes por esta vía no salen nada bien y el hermano menor y el texano caen en el intento.

El grupito de zombis -realmente sólo son 4 ó 5- van a por la hermana. Ésta intenta disimular el miedo -aquí los muertos vivientes son como los perros y lo huelen- en una escenas algo peculiares, con la joven siendo ambable con sus "invitados", sirviéndoles comida de perro y ofreciéndoles bailar. Precisamente ella ejecuta el segundo plan, consistente en encerrarlos a todos junto con la televisión, algo que acaba haciéndolos explotar en esta realidad y que vuelvan a aparecer en la película.

La historia termina con los padres de la joven superviviente dirigiéndose a visitar a su hija, internada en un psiquiátrico, y llevándole como regalo para que no se sienta sola, ni más ni menos que el televisor maldito.

"La muerte viaja en video" es una película flojita, con el encanto típico ochentero a tope, aunque de la tampoco se debe esperar gran cosa. La historia promete, eso del televisor, los zombis... en fin, puede tener buena pinta, pero se ve que no acaba de exprimir la idea. Las actuaciones son por lo general mediocres y las incoherencias del guión muy evidentes.

En esta ocasión los zombis parece como si provienen de otra dimensión, no obstante en la realidad se comportan como muertos vivientes, sin duda totalmente corpóreos, aunque con algunas peculiaridades en su comportamiento y en la forma de ser destruídos. Como comenté más arriba aparecen realmente poquitos, por lo que pronto llegan a ser totalmente familiares, sus caracterizaciones no están del todo mal y en algunos momentos son utilizados para aportar un poquitín de humor a la filmación.

En definitiva, una película justa que ofrece lo que ofrece: una buena idea y una mala ejecución adornada por una maravillosa y engañosa portada, pero que creo que puede ofrecer algunos momentos entretenidos. El desarrollo es algo lento y mal conectado, con intentos de momentos de humor y de tensión por partes iguales, aunque lo segundo mejor que lo primero. Con algunos pegotones de sangre destacables se puede decir que solo es recomendable para lo más aficionado al cine y la estética ochentera.

Trailer (en inglés):


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