sábado, 29 de junio de 2013

(2007) Zombi: La creazione

Zombi: La creazione es una película de 2007 de producción italiana, conocida en inglés como "Zombies: The beginning" y que es la segunda parte del film Island of the living dead rodada un año antes. Este fue el último trabajo dirigido por el reconocido director Bruno Mattei.

La película comienza con la única superviviente de la anterior entrega flotando en una madera en mitad del océano. Un helicóptero logra rescatarla y es llevada hasta un hospital para que se recupere. Esta mujer de nombre Sharon, cuenta lo que le pasó, que su barco fue atraído hasta una misteriosa isla donde sus tripulantes fueron devorados por muertos vivientes. No obstante, nadie cree su historia, considerando que es fruto de los delirios de una persona traumatizada.

La doctora Sharon se va de retiro budista para intentar superar su pasado. Un día se dirige a ella un hombre que representa a una empresa que está interesada en contar con su ayuda. En un principio no quiere, pero se acaba convenciendo con el fin de hacerle frente a sus pesadillas. De esta forma, un grupo de paramilitares bien armados, algunos cargos de esa empresa y Sharon, se embarcan en un submarino hacia una misión de rescate a una isla donde se ha perdido todo contacto con posibles supervivientes.

Tras llegar a la isla, los soldados van reconociendo el entorno y las instalaciones científicas que allí hay y donde desde bien pronto se intuyen los macabros experimentos se estaban realizando en ese lugar, con numerosos cuerpos muertos y fetos por allí enmedio.  Al poco tiempo, y como era de esperar, empieza el corre que te pillo entre los zombis del lugar y los soldados, con tiroteos y mordiscos por doquier.

Con la batalla abierta entre vivos y muertos, Sharon se percata de que el interés de uno de los encargados de la empresa no es salvar a ningún superviviente, sino poder obtener una muestra de lo que este malvado hombre considera una nueva estirpe. Efectivamente, Sharon descubrirá los horrorosos experimentos que un cerebro gigante -sí, sí, han leído ustedes bien- estaba haciendo con madres embarazadas y sus fetos, convirtiendo a los niños en muertos vivientes y desechando a sus madre.

Total, que entre tiros, carreras y alguna ayudita extra, Sharon vuelve a sobrevivir de otra experiencia traumática, logrando huir en el mismo submarino que les trajo de vuelta, mientra todas las instalaciones de aquel lugar saltaban por los cielos. 

Soy muy aficionado al cine italiano de zombis y debemos tener respeto a la obra póstuma de Mattei, sin embargo y en mi exclusiva opinión, esta "Zombi: La creazione", tal y como pasó con su primera parte, parece no tener el más mínimo sentido. Puede que la idea fuera traer una película de Fulci a la actualidad, pero aunque se puede apreciar cierto encanto ochentero, ni el montaje ni el argumento hay por donde cogerlos.

Partimos de unos escenarios muy poco conseguidos y de una ambientación que es de todo, menos creíble. Los actores hacen lo que pueden hablando en un idioma que no es el suyo -inglés- sin que ninguno sea un gran portento de la interpretación. El argumento es un calco de su versión anterior, con algunas gotas menos de surrealismo, aunque el tema del cerebro gigante también tiene su aquel. El guión hace aguas por todos lados y predecible hasta el punto de que en el minuto 5 ya te puedes imaginar el desarrollo y desenlace de la película.

Los zombis de esta grabación son, llamémosles así, clásicos, lentos -aunque a veces saltan y corren-, con cara arcillosa y dientes puntiagudos -solo algunos, otros tienen una dentadura blanca que ya la quisieran muchos- que son interpretados en su mayoría por indígenas. Sus apariciones, comportamiento y estética no se rigen por demasiada lógica que digamos. Destacables los niños zombis mayorcitos, esos mismos que de fetos los convierten en muertos vivientes, con unos añitos más. En este caso hemos descubiertos un nuevo tipo de zombi, los zombis caracono que se caracterizan por ser chavales delgadillos, ir en pelotas, con ojos negros en plan mosca y un pedazo de cono en la cabeza que ya lo quisiera para sí Dan Aykroyd.

Como curiosidad, en esta historia también encontramos una nueva mención explícita a George Romero, un hecho bastante recurrente que parece querer dejar claro que es un tipo de película de muertos vivientes clásicos heredera de la obra del gran Romero.

En definitiva, se dice que las segundas partes son peores que las primeras, en este caso no es así y es igual de mala que su antecesora. Una película de casta, con muchos elementos clásicos pero que no acaba de enganchar al espectador, no hay un momento de credibilidad, no hay ningún aporte destacable al género. Demasiados tópicos y ese ambiente amateur que de nuevo no se puede disimular, caracterizan la última obra de Mattei, director de películas como "Zombi 3" (junto con Fulci) o "Apocalipsis caníbal".

Trailer:


Valoración:

(1981) Lucifer

Lucifer es una película estadounidense filmada en 1981 cuyo argumento gira en torno a la encarnación del diablo en un humano. Su título original es "Fear no evil".

Tras ponernos en situación respecto a las eternas luchas entre el bien y el mal que van protagonizando a lo largo del tiempo Lucifer -por parte de los malos- y los arcángeles -como los buenos-, nos situamos en un pueblo estadounidense donde todo parece apuntar que el diablo ha vuelto a encarnarse, esta vez en el cuerpo de un recién nacido, Andrew. El día de su bautizo parece confirmarse que Andrew y Dios como que no, ya que termina el agua convirtiéndose en sangre.

De un salto, nos situamos 18 años después, el día del cumpleaños de Andrew, que de niño ha pasado a convertirse en un extraño adolescente, que saca muy buenas notas, es muy poco popular y en general, pues un cabroncete cual diablo. A esa edad los jóvenes se descubren a ellos mismos, pues esto mismo parece que le pasa a Andrew, solo que lo que descubre es todo muy, muy negro.

El desarrollo de la película nos muestra cómo Andrew se va vengando de todos los chulitos que le han querido mangonear, mientras que pretende traer la oscuridad sacrificando a perros y disfrazándose de drácula... efectivamente, todo muy raro. Por su lado, andan los arcángeles, encarnados en una mujer mayor y otra joven, compañera de clase de Andrew, que ya tienen lo suyo entre sueños reveladores e intentos de que el cura del lugar les haga caso de una puñetera vez.

Total, que Andrew ya se ve como Lucifer y en un arrebato pronuncia una invocación para que se levanten de sus tumbas los cuerpos de los muertos que en su día fueron poseídos, provocando un levantamiento masivo de zombis bastante clásicos con unas pintas muy diversas.

Pues entre zombis, unos arcángeles que dejan bastante que desear y un diablo que no tiene más recursos que correr como un cervatillo acosado por la anciana y la joven, llegamos al esperado fin en el que el bien gana al mal y una vez más hemos sido librados de la oscuridad de satanás por unas ciudadanas anónimas en algún lugar del mundo.

"Lucifer" es una película aceptable tirando a mediocre. Me explico. La ambientación parece buena y la historia -aunque trillada ya incluso en la época- tiene posibilidades, sin embargo, nos encontramos con una grabación que se puede hacer excesivamente lenta, con una hora donde apenas ocurre nada, con detalles innecesarios o difíciles de encajar y un final, no solo predecible, sino que con esos efectos especiales que se gastan, bastante cómico.

Un aspecto llamativo es la música que va sonando en la película, con The Ramones o Sex Pistols. Los actores, en general, no hacen el papel de su vida en esta grabación. Mención destacada merece el tema de las vestimentas de este lucifer, en serio, son simplemente épicas -de lo ridículas, claro-.

En esta ocasión los zombis vuelven a aparecer como meros elementos decorativos en el último tramo de la película. Su papel parece que se basa en rellenar un rato la pantalla y meter miedo a varios jóvenes que pasaban por allí. Su caracterización es muy irregular, algo típico en aquella época, y las palabras de Lucifer parece indicar que realmente son cuerpos muertos reanimados, no son diablos ni tampoco están poseídos.

En definitiva, una película que puede resultar entretenida en algunos momentos, con varias escenas curiosas, que puede servir para pasar una tarde tonta sin tener depositadas demasiadas expectativas en ella, ni como película de poseídos o demonios, que las hay mejores a puñados, ni por supuesto como película de zombis, pues la puesta en escena de los muertos vivientes no tiene repercusión en la trama argumental.

Trailer (en inglés):


Valoración:

domingo, 23 de junio de 2013

(2011) Dylan Dog: Los muertos de la noche

Dylan Dog: Los muertos de la noche es una película estadounidense, cuyo título original es "Dylan Dog: Dead of night", grabada en 2011 y que está basada en el cómic italiano "Dylan Dog" creado por Tiziano Sclavi.

Dylan Dog es un detective privado con un misterioso pasado que desarrolla su actividad en Nueva Orleans. Después de una anterior etapa gloriosa, Dylan se conforma ahora con investigar, junto con su ayudante Marcus, casos de poca monta. Un día un extraño asesinato se cruza en su camino. Un hombre que se dedicaba a la importanción ha sido asesinado por una criatura desconocida. La hija del hombre fallecido, Elizabeth, pide ayuda a nuestro protagonista, con el fin de que pueda ayudarla ante la incredulidad de las autoridades.

Finalmente Dylan accede a investigar después de que la misma criatura también matara a su propio ayudante, Marcus. Con la compañía de Elizabeth comienza a profundizar en los motivos de esa muerte. Resulta que en esa sociedad los vampiros, los hombres lobos y los zombis viven infiltrados entre la gente corriente, sobreviviendo dentro de una frágil paz.

Mientras investigan, Marcus vuelve a la vida después de haber sido mordido por los zombis encargados de la morgue. Precisamente será con Marcus con el que podremos disfrutar de algunos momentos cómicos en la película, ya que este zombi, que puede hablar y razonar con total normalidad, no termina de aceptar su nuevo estado, teniendo incluso que ir a grupos de ayuda con otros muertos vivientes para poder asimilar su nuevo ser.

Dylan Dog y Elizabeth siguen atando cabos, visitando y enfrentándose a diversas familias de vampiros y hombres lobo, cual mafiosos. Resulta que todo ha comenzado por un objeto en forma de cruz que tiene el poder de despertar a un antiguo demonio al que puede controlar a su antojo la persona que lo invoque.

Finalmente parece que es la mismísima Elizabeth la que estaba detrás de todo, ya que ella, junto con su padre, eran cazadores de monstruos y querían romper la paz con los no muertos por la supremacía de las personas vivas. No obstante, y como era de esperar, Dylan y su ayudante zombi Marcus salen victoriosos del enfrentamiento con el antiguo demonio, sucumbiendo también la inesperada mala en la lucha final.

"Dylan Dog: Los muertos de la noche" es una película que puede resultar entretenida, pero que realmente deja bastante que desear en muchos asepectos. Lo cierto es que tanto la ambientación como los efectos especiales -exceptuando la deprimente caracterización de los hombres lobo- no están nada mal, pero sin embargo, la historia es bastante monótona y predecible -salvo quizá el último giro argumental con Elizabeth como la mala de todo-, el guión es algo absurdo por momentos y la mayoría de los actores, especialmente su protagonista Brandon Routh -el de Superman Returns-, dejan muchísimo que desear.

Es una de esas típicas grabaciones a las que parece que les falta algo, como si no hubieran sabido extraer el potencial de una historia y de un presupuesto con bastantes más posibilidades que este producto final, que sin ser tampoco para llorar, no acaba de levantar expectación con un argumento y una narración que no para de recordar a otras películas.

En este caso, los zombis de este mundo son los menos afortunados de las tres especies. Mientras que vampiros y hombres lobo son fuertes, muy peligrosos y con mucho poder, los zombis son miedosos, torpes y no dejan de ser básicamente un elemento cómico en la filmación, aunque hay que reconocer que algunos gags con Marcus son los únicos momentos divertidos.

En definitiva, sensación de lo que pudo ser y nunca fue. Un trabajo un tanto mediocre que puede ofrecer entretenimiento a los menos exigentes, con una estética que no está nada mal, pero con muy poco poderío argumental, algo imperdonable en una película de más de 100 minutos. Probablemente se te olvide con facilidad. 

Trailer:


Valoración: