domingo, 31 de enero de 2016

(2006) Last Rites

Last Rites es una película estadounidense de zombis estrenada en el año 2006. Es igualmente conocida con el título "Gangs of the dead" y en algunos países también se le denomina "The city of the dead", por lo que es una de esas típicas filmaciones con un batiburrillo de nombres distintos que solo viene bien para confundirse.

Un meteorito cae sobre la ciudad de Los Ángeles en Estados Unidos, concretamente sobre unos indigentes que oían un discurso apocalíptico de un charlatán. Tras la explosión, estas personas retornan a la vida convertidos en furiosos y verdosos muertos vivientes que poco a poco se van extendiendo por todas partes.

La acción se centra en dos grupos de pandilleros que se reúnen con un narco en una fábrica abandonada para cerrar un negocio de drogas. La policía lleva tiempo detrás de ellos y justo en ese momento comienza una redada que se ve abortada por la fuerza por la aparición de los zombis en escena atacando a todo en el que se pone por delante. De esta forma, tan solo dos de los policías logran escapar con vida y también se refugian en el almacén junto a los delincuentes.

En un primer momento los dos agentes tratan de imponerse y de tomar el mando de la situación, algo que provoca una lógica tensión entre los distintos pandilleros. Precisamente a alguno de ellos se le ocurre escapar de la fábrica, pero lo único que consiguen es empeorar la situación al provocar que uno de los policías muera y que uno de sus compañeros sea mordido por un zombi. Poco después encuentran en el almacén escondido a un hombre que poco antes nos habían mostrado cómo huía de su coche después de que se comieran a su mujer.

La situación entre los supervivientes dentro de aquel lugar siniestro se hace insostenible y los enfrentamientos se multiplican, más cuando se enteran que entre ellos hay un soplón. Total, que entre que se matan entre ellos y que los muertos vivientes acceden al interior, parece que todo está perdido, pero en última instancia hacen explotar unas granadas de mano que estaban por allí guardadas y logran salvarse la hermana de un pandillero y la novia de otro que resultaba ser la soplona. La historia concluye con imágenes de las supervivientes saliendo al exterior mientras se ve un panorama desolador en el cielo con una lluvia de meteoritos impactando sobre la tierra.

"Last Rites" es una película sin demasiada historia, es decir, en la que realmente ocurren pocas cosas y en la que se le da demasiado protagonismo a diálogos y situaciones que tampoco aportan nada extraordinario. Con una fotografía muy oscura durante la mayoría de la grabación al desarrollarse casi por completo dentro de una nave, puede llegar a aburrir en algunos momentos, ya que no hace falta que avance mucho la acción para adivinar cómo acabará todo aquello.

Con un tono más bien dramático, está adornado por alguas píldoras de humor que se agradecen pero que resultan insuficientes para mejorar el nivel del pobre guion. Los actores, aunque con excepciones, no están del todo mal, la ambientación es muy simple pero creíble y sus efectos especiales son irregulares, con detalles dignos pero otros, como alguna caracterización de muertos vivientes, dejando mucho que desear.

Siguiendo con el tema de los zombis, tenemos que destacar que en la filmación aparecen como un elemento de adorno, como telón de fondo de una amenaza permanente en el exterior pero que apenas tienen relevancia en el desarrollo de la historia. Simplemente se van mostrando de vez en cuando algunos fragmento de grupos de muertos vivientes comiéndose a gente en la calles para que nadie se olvide que seguimos en medio de un apocalipsis zombi.

En definitiva, una película decente pero sin mucho que ofrecer que puede recordar vagamente al argumento y la estética de la más afortunada "La horde" de 2009. Casi nada original se podría destacar, utilizando el recurrente motivo de los meteoritos y explotando, una vez más y ya no sabemos ni las que llevamos, los conflictos internos entre un grupo de personas que debe organizarse ante un peligro exterior... ¿veremos alguna donde los protagonistas cooperen demostrando tener dos dedos de frente?... La recomendaría solo para los más aficionados al cine de zombis que no se quieran perder ni una.


 Tráiler (en inglés):


Valoración:

sábado, 30 de enero de 2016

(1991) Battle Girl: The living dead in Tokyo Bay

Battle Girl: The living dead in Tokyo Bay es una película japonesa titulada originalmente "Batoru gâru: Tokyo crisis wars" que fue estrenada en 1991 y está dirigida por Kazuo Komizu.

Un meterorito cae sobre la Bahía de Tokyo expulsando tras su colisión una nube de sustancias tóxicas. Previendo que se darán disturbios, el ejército implanta la ley marcial para evitar el caos. Las consecuencias del impacto son peores de lo que parecía, ya que se ha formado una atmósfera de cosmo-anfetamina que es capaz de modificar el ADN y está levantando a los muertos. Las hordas de zombis no tardan en hacerse dueñas de las calle de Tokyo.

La historia se centra en Keiko, la hija de un coronel que ha sido informada puntualmente de todo lo que ha sucedido. El padre de la joven le ha dejado un vídeo con instrucciones en el que alerta a su hija de la existencia de grupos de cazadores que matan tanto a vivos como a zombis y le encomienda que averigüe lo que pueda sobre ellos, así como que se reuna con él en el puerto para escapar de allí en barco. Para ayudarle en su tarea, el coronel ofrece a Keiko un traje de combate especial que está equipado con todos los avances imaginables, convirtiéndose así en la auténtica "Battle Girl".

Durante su camino Keiko se encuentra con un grupo de militares al que le pide que la lleve ante su capitán. Nada más llegar la joven se huele que este hombre no es trigo limpio y que algo malo está tramando. La muchacha escapa de las instalaciones, aunque algunos soldados tratarán de imperdírselo en vano, unos soldados por cierto que no tienen sangre roja, sino verde. Poco después Keiko descubre que este malvado capitán pretende no dejar con vida a ninguna persona en Tokyo y que está realizando escabrosos experimentos con los regufiados, creando soldados mitad humanos mitad zombis utilizando para ello la cosmo-anfetamina del meteorito. De esta forma, ha conseguido reunir a una milicia de muertos vivientes que tienen el cerebro intacto.

El coronel, ajeno a todo esto, anuncia mediante helicópteros que seguirá con el plan de evacuación en barco de Tokyo. Después de ayudar a un banda de traficantes de mercancías que sobrevive en la ciudad, Keiko se enfrenta a los cazadores de humanos que quieren impedir que los supervivientes sean rescatados. Finalmente, y tras derrotar a estos personajes, aparece en escena el malísimo capitán que es un loco nacionalista que además se inyecta la cosmo-anfetamina para regenerarse, protagonizando un combate a muerte que, lógicamente, gana nuestra heroína. Posteriormente logra por fin reunirse con su padre en el puerto aunque el reencuentro dura poco, ya que el coronel le encomienda una nueva misión a Keiko para eliminar definitivamente a los cazadores.

"Battle Girl: The living dead in Tokyo Bay" es una película de bajo presupuesto cuya distribución internacional solo hace algunos años que comenzó. Es una cinta con los típicos excesos de las grabaciones japonesas, aunque no demasiado paranoica en comparación con otras. La historia comienza de forma muy reconocible para los aficionados al cine de zombis, con un desastre natural, los militares con uniformes verdes entrando en escena, experimentos retorcidos, etc. acompañados por otros detalles menos comunes como la utilización del traje especial de combate, de disfraces variados por parte de los malos o la existencia de mutantes híbiridos medio humanos medio zombis.

Una cosa que llama la atención son las absurdas coreografía de peleas y las llaves de lucha libre que utilizan sobre todo en el desenlace de la historia. La cuestión que explica esto es que tanto la protagonista que encarna a Keiko (Cutie Suzuki), como varios de los cazadores de humanos a los que se enfrenta, eran famosos deportistas de lucha libre japonesa en aquella época. Otra cosa que puede ser llamativa son las tecnologías que utilizan allá por el año 1991, viéndose ordenadores portátiles y pantallas táctiles parecidas a nuestras actuales tabletas digitales, algo de casi de ciencia ficción en aquellos momentos.

Respecto a la historia en sí, pues es algo sencillo creado para el lucimiento de su protagonista, con escenas que levantan algo de interés, pero otras en las que es mejor cerrar los ojos, sobre todo en las que se utilizan los efectos especiales, cutres con avaricia, especialmente esos muñecos más falsos que judas que aparecen haciendo de dobles de algunas personas a las que matan. La presentación y el desarrollo de la película tiene su chicha, pero el desenlace es precipitado y desilusionante, sobre todo su final, no solo porque el encuentro con su amado padre dure menos de un minuto, sino porque se queda en un final abierto preparado para una nueva aventura que nunca llegará.

En definitiva, una película con algunos tramos aprovechables pero que en general no viene a ofrecer nada especialmente relevante al género. Sin demasiadas peleas -afortunadamente viendo el nivel de las que aparecen- para ser protagonizada por profesionales de la lucha libre, es una grabación que incluso podría ser considerada comedida comparándola con otros exponentes más actuales del cine de zombis nipón como "Wild Zero" de 1999, "Versus" de 2000, "Tokyo zombie" de 2005 o "Oneechanbara" de 2008 solo por nombrar algunas. Recomendada por su corta duración (73') y su fácil digestión.

Fragmento:


Valoración: 

domingo, 24 de enero de 2016

(2014) Enterrando a la ex

Enterrando a la ex es una comedia romántica de zombis producida en Estados Unidos en 2014. Su título original es “Burying the ex” y ha sido dirigida por el famoso Joe Dante, el que fuera director de obras míticas como "Piraña" o "Gremlins".

El protagonista de esta historia se llama Max, un aficionado al cine de terror que vive con su novia Evelyn, una mujer neurótica por el medio ambiente y tremendamente controladora. El joven trabaja en una tienda de artículos de miedo y recibe en una partida un peculiar muñeco denominado “genio satánico” que en teoría hace realidad los deseos que se le pidan. Delante de este juguete aparentemente inofensivo la pareja de novios se jura que continuarán juntos para siempre.

Sin emargo, las diferencias entre Max y Evelyn van en aumento hasta el punto que parecen insalvables. De esta forma, nuestro protagonista, aconsejado por su hermanastro vividor -Travis-, decide que ha llegado el momento de poner el punto y final a su relación. Max se cita con su novia en un parque para romper con ella, pero justo cuando se iban a reunir, Evelyn es atropellada por un autobús y muere repentinamente.

Tras el desafortunado suceso, Max se queda muy afectado y se enclaustra en su casa hasta que su hermanastro le hace salir al cine donde vuelve a encontrarse con Olivia, una joven que regenta una heladería, a la que conoció poco antes de que su novia muriera y con la que comparte intereses y aficiones. Max y Olivia no tienen otra ocurrencia en su primera cita que darse una vuelta por el cementerio, provocando la esperable vuelta de Evelyn de entre los muertos por el deseo que hicieron de estar juntos toda la vida.

La muerta viviente se levanta con total normalidad, consciente de su situación y vuelve a su casa con Max para recuperar su día a día como si nada. El joven se queda en shock al verla, suponiendo un lógico problemilla para su nueva relación con Olivia. Se ve que ni muerta le va a dejar tranquilo, así que Max comienza a planear cómo deshacerse de su novia zombi que a su vez quiere matarlo para para que puedan estar toda la eternidad unidos como zombis. Olivia es ajena a la muerte y vuelta a la vida de Evelyn, pero nota cosas extrañas en Max y le da una última oportunidad que nuestro protagonista no quiere dejar pasar.

Max no tiene el suficiente valor para cortarle la cabeza a su novia muerta, por lo que Travis se ofrece a hacerlo. No obstante, su plan no sale del todo bien y termina como cena de la zombi. Al volver a casa, Max se percata de lo que ha hecho su novia y acude a la policía sin que pueda lograr que alguien le haga caso. Finalmente Evelyn descubre la relación de su novio con Olivia y secuestra a la muchacha para comérsela. Max logra llegar a tiempo y por fin es capaz de romper con la muerta viviente a la que no le hace mucha gracia y decide comérselos. Cuando todo parece perdido para la pareja de enamorados, Travis vuelve a la vida también como un zombi justo a tiempo para salvarlos. La película concluye con imágenes de Olivia y Max viviendo felices en su negocio conjunto heladería / tienda de terror mientras que Travis les hace la publicidad.

Enterrando a la ex es una filmación aceptable, divertida y entretenida en unos pocos momentos pero aburrida y muy predecible en otros. En general se deja ver, pero ciertamente puede ser decepcionante para quienes esperen algo más de una producción del mítico Joe Dante. Adaptada del guion de un corto de 2008, se nota a leguas el intento de rellenar la idea con algo de paja hasta completar el tiempo de un largometraje. Así, el argumento se le hará al espectador muy simple y evidente tan solo conociendo el título de la película, por lo que el desarrollo se puede hacer lento, esperando, como  único interés real, saber cómo será el desenlace del enredo.

En principio, la producción se define como una comedia de zombis -zombedy- romántica con toques de humor negro. Sin embargo, la mayoría de los momentos cómicos son más bien bromas simplonas y, aunque es verdad que tiene varios detalles simpáticos, será bastante extraño que haga reír a carcajadas al espectador en ningún momento. Algo curioso es que el director no desaprovecha ninguna oportunidad para homenajear y hacer constantes guiños a otras películas de terror, especialmente a la magnífica “La noche de los muertos vivientes” que sirve de telón de fondo para el reencuentro definitivo de la enamorada pareja.

Respecto a los personajes, pues solamente aparecen cuatro en toda la película y lo cierto es que parece que no acaban de convencer, más bien por falta de mérito de un guion sin profunidad, ya que el trío protagonista hacen unos papeles bastante dignos, especialmente -en mi opinión- Ashley Greene encarnando a una repulsiva muerta viviente.

Precisamente sobre los zombis que aparecen (Evelyn y Travis), podemos comentar que tienen conciencia y se comportan con ciertan normalidad. No obstante, sus cuerpos están permanentemente en descomposición y solo comen carne humana. Parece que Dante ha preferido mantenerse fiel a la mayoría de estereotipos del género, aunque es algo desconcertante la forma de matar la zombi.

Sin duda no es la primera ni será la última película de amor con zombis de por medio, haciendo un rápido repaso podemos mencionar algunas como "¡Qué muerto de novio!" de 1993, "Mi novia es un zombie" de 1994 y más actualmente "Deadheads" de 2011 o la prescindible "Memorias de un zombie adolescente" de 2013.

En definitiva, una película entretenida en algunos instantes pero con una historia demasiado plana que dejar un gusto de dulzor amoroso demasiado empalagoso. Nada nuevo bajo el sol en esta apuesta muy poco arriesgada de Joe Dante en la que apenas hay sangre ni violencia y toda la trama gira en torno al enredo amoroso de su trío protagonista. La recomendaría por los curiosos guiños a otras obras y por sus actores principales. No la recomendaría para quienes busquen un argumento sorprendente o divertido.
Tráiler (en inglés):


Valoración:

sábado, 16 de enero de 2016

(2015) Tiburón zombie

Tiburón zombie es una película estadounidense filmada en 2015 directamente para televisión. Está producida por el canal "Syfy" y su título original es "Zombie Shark".

Amber es una joven camarera a la que su  novio le regala un fin de semana en una residencia situada en una pequeña isla del literal estadounidense. Para que el viaje les salga más económico, Amber también invita a su hermana Sophie y a una compañera de trabajo para que vayan con la pareja. Casualmente el lugar al que se dirigen los cuatro jóvenes había sido una base de investigaciones armamentísticas secretas del ejército que se realizaban en una estación acuática.

Tras solo unas hora después de su llegada a la isla, aparece en la playa un tiburón muerto y nuestros protagonistas no se lo quieren perder. Sin embargo, el tiburón vuelve de repente a la vida y comienza a atacar a los curiosos que junto a él se agolpaban, comiéndose sin más al novio de Amber. Sin saber muy bien por qué, numerosos tiburones comienzan a atacar brutalmente a los bañistas y a todo aquel que se acerque al agua.

Los supervivientes lanzan la voz de alarma, pero debido a una inoportuna tormenta, la única ayuda que llega es la del jefe de seguridad del centro de investigación militar que resulta que sigue en activo. Precisamente de allí se escapó un tiburón -llamado Bruce- que ha sido el culpable de la infección de todos los demás escuálidos al compartir la carroña humana de la que se ha ido alimentando. La doctora responsable de los estudios cuenta que se encontraba experimentando con tiburones para lograr la regeneración de los tejidos porque según ella "su estructura interna es similar a la del ser humano”.

De forma inevitable la infección llega hasta los hombres y se comienzan a ver los primeros muertos vivientes andando por la isla. Tras la muerte de su amiga, Amber y su hermana Sophie les plantan cara a los zombis con la ayuda del jefe de seguridad y varios malotes autóctonos de aquel lugar. El plan para destruirlos es atraer a los tiburones hasta las instalaciones de experimentación para hacerlos explotar por los aires.

El plan parece que va bien, pero desafortunadamente la doctora es infectada y muere en la explosión con la mayoría de tiburones menos uno, Bruce, que es el más listo de todos y que alcanza a Sophie para tragársela de un bocado. Finalmente Amber se enfrenta a Bruce y logra destruirle su pequeño cerebro. Sophie todavía está intacta en su interior, pero ya es demasiado tarde para ella, por lo que su propia hermana se encarga de eliminarla.

"Tiburón zombie" es una película bastante mala en la que se desarrolla, sin demasiado interés, una historia mil veces vistas, metiendo com única novedad unos pobres tiburones de por medio. Pero claro, lo primero que pensaba al ver esta filmación es que si quieres hacer una producción de tiburones -ya sean zombis o no- deberías preocuparte en que no sean monigotes más falsos que un euro de chocolate al que los efectos especiales no hacen más que empeorarlos aun más.

La estética y la ambientación de la película está a mitad de camino entre una película de Disney -como Campamento Zombie sin ir más lejos- y un telefilm de sobremesa, utilizando como únicos recursos innumerables clichés repetidos hasta la saciedad. Sin ir más lejos, los personajes protagonistas son un saco andante de estereotipos que no levantan ningún interés y que son encarnados por actores sin demasiado carisma a los que, no obstante, no se le puede echar la culpa ni del mediocre guion ni del semejante bodrio que acabó saliendo.

Y si la historia principal es absurda, las tramas secundarias, como las escenas de los preocupados padres de las jóvenes, otros ataques de los tiburones o las cosas de la experimentación y la vacuna, totalmente intrascendentes y una excusa vacía por completar con paja el tiempo del largometraje.

En definitiva, una producción aburrida y para nada recomendable que intenta estirar la goma para aprovechar el tirón de los zombis por un lado y de los tiburones por otro. Aunque ciertamente está realizada con unos medios muy escasos, esto no es excusas para que en múltiples escenas el único sentimiento que levante en el espectador sea el de vergüenza ajena.

Trailer (en inglés):


Valoración: