Una de Zombis es una comedia española, producida por Santiago Segura en el año 2003. Realmente, y a pesar del título, no es una película de zombis tal cual, sino más bien es simplemente una comedia (o intento), donde de vez en cuando sale algún zombi.
La historia trata de dos amigos, dos jóvenes fracasados de barrio, que se embarcan en el proyecto de realizar una película aunque no disponen ni de dinero, ni de contactos y ni si quiera de historia. Para sacar su película adelante cuentan con la ayuda de una mujer de negocios que inesperadamente apuesta por ellos.
Sin saber muy bien cómo, nuestro trío protagonista termina en medio de los maléficos planes de "Los anticristos", una mafia satánica compuestas por zombis. En esta ocasión, los zombis son reanimados mediante un producto químico, siendo reclutados, una vez anulada su voluntad, por un siniestro líder encarnado por Santiago Segura, para intentar conquistar el mundo. Es de destacar que los zombis tienen una apariencia y comportamientos totalmente humanos.
Con la ayuda de un matón, logran acabar con el mavado líder. La película, que intenta mezclar constantemente realidad y ficción, termina con el intento de vender el guión de su película a un productor (de nuevo Santiago Segura, pero haciendo de él mismo) cuya historia resulta ser el propio film que hemos visto.
Ciertamente no nos vamos a encontrar una película de zombis, sino una comedia tipo Isi/Disi o Torrente, por ello, si estás buscando una buena película de zombis, esta no es la tuya, pero si buscas una comedia facilona, no puedes perdértela.
En definitiva, una película prescindible, con un humor muy quemado y con una trama bastante aburrida y predecible. En determinados momentos levanta un poco la espectación los constantes cameos de famosos con los que cuenta Una de zombis.
Zombieland o como se le conoce en España, "Bienvenidos a Zombieland" es una comedia estadounidense de zombis producida en 2009 por Columbia Pictures.
La película se sitúa en un mundo apocalíptico donde los zombis han tomado la tierra y son pocos los supervivientes que ya quedan. En este caso, se sugiere que la infección comenzó a raíz de la enfermedad de las vacas locas, por lo que es un contagio vírico lo que ha producido esta situación.
El simpático y peculiar protagonista del film es un adolescente tímido y delgaducho que ha logrado sobrevivir en este mundo hostil gracias un método propio basado en cumplir a rajatabla una serie de normas que ha ido haciendo tras ir adquiriendo experiencia con los zombis. Algunas de estas normas son cardio (correr) o tener cuidado con los baños.
Nuestro protagonista se encuentra con un malo malote (pero tierno en el fondo) que mata zombis a cascoporro, formando una extraña pareja en esta road movie por tierras estadounidenses de supervivientes nómadas de un holocausto zombi.
No podía haber una comedia comercial sin los típicos roces amorosos, así, nuestra extraña pareja se encuentran en el camino a dos pícaras hermanas con las que compartirán aventuras y nuestro tímido protagonista algo más. Al final, y después de varios desencuentros, terminan todos felices y siendo una gran familia.
La historia tiene un final quizá previsible pero algunos momentos ciertamente inolvidables, como las escenas en la mansión de Bill Murray en Hollywood o las espectaculares imágenes finales en un parque de atracciones apestado de zombis.
La película tiene una llamativa fotografía y se nota que hay un elevado presupuesto detrás, con buenas caracterizaciones, recursos y efectos. El tema de la autodisciplina del protagonista, no deja de ser una nota curiosa más de esta película salpicada de momentos realmente cómicos.
Lo peor, no deja de respirarse en muchos momentos un ambiente de típica americanada de comedia adolescente. Aún así, una buena película recomendada para pasar un buen rato con los zombis.
Zombies paletos es una producción estadounidense de finales de los ochenta titulada originalmente "Redneck zombies". Eso de "redneck" es un localismo para designar a los campesinos paletos (normalmente sureños) en Estados Unidos.
La acción de desarrolla en un típico pueblo del corazón americano. Un soldado escolta unos peligrosos residuos químicos de origen militar. Tras un descuido, el barril de residuos acaba en manos de varios estereotipados campesinos (bobos e ignorantes) que terminan destilando su contenido en un alambique para crear un mortífero aguardiente. Esto de que los sureños destilen su propio alcohol es algo común, según nos ha llegado desde las series y películas norteamericanas.
En poco tiempo, el mortal cóctel comienza a ser bebido y repartido por todos los vecinos del pueblo, ajenos a sus fatales consecuencias. Los que ingieren ese mejunje verde pronto comienzan a sentirse mal, convirtiéndose en asquerosos zombis con muchas ganas de carne fresca.
Los que sufren directamente las consecuencias de esta infección son un grupo de excursionistas que acampan por la zona y que se convierten en presa fácil para estos zombis paletos. Al final, solo una joven del grupo logra escapar viva de la orgía de sangre en la que se va convirtiendo el propio film.
La película (bastante prescindible) es un buen ejemplo de un tipo de películas gore, que en aquella época estaba bastante en boga, donde los litros de sangre, las vísceras y el regodeo descuartizador son las constantes. En algunas escenas llega a recordar a la gran película de Peter Jackson Braindead, que se rodaría cinco años después, aunque no llega a su nivel ni en la trama ni en las situaciones de humor que plantea ni en los libros de sangre utilizados.
Redneck zombies es una película entretenida, aunque con escenas bastantes paranoicas en algunos momentos y unos efectos de cámara a veces incomprensibles, pero que es muestra del cine independiente de terror de aquella época.
Sin duda, lo mejor de la historia consideramos que es el final, realmente sorprendente, incluyendo la violación de un gordo y asqueroso zombi paleto a la única excursionista que logra salvar la vida. Esta única superviviente terminará, como no podría ser de otra forma tras vivir lo que vivió, en un psiquiátrico.
En definitiva, si quieres ver sesos, tripas y sangre a mansalva en un holocausto zombi, esta película es para ti, aunque debes tener paciencia con algunas escenas, digamos, de gran "contenido abstracto".
La plaga de los zombies, con el título original de "The plague of the zombies" es una película inglesa rodada en el año 1966 donde se enfoca el tema zombi desde la perspectiva del vudú. Precisamente tiene la peculiaridad de ser considerada como la última de aquella primera época de películas de zombis cuyo argumento está basado en el levantamiento de los muertos por magia negra, por un ser malvado y para su propio beneficio.
La película está ambientada en la época victoriana inglesa, en un pequeño pueblo, donde en los últimos meses se han estado sucediendo muertes sin explicación lógica aparente para el médico de la villa (el Dr. Thomson), quien recurre a su amigo y profesor de la universidad, el doctor Sir James Forbes que se desplaza desde Londres, junto con su hija, para intentar esclarecer esas extrañas muertes.
Una vez en el pueblo, el doctor Forbes (en un rol parecido a Sherlock Holmes) decide exhumar un cadáver reciente para poder practicarle la autopsia, ya que hasta el momento los familiares del pueblo no lo habían permitido, pero como era de esperar, no se encuentran nada en dicha tumba.
El doctor Forbes, junto con su pupilo, el Dr. Thomson, comienzan a atacar cabos, a raíz de la muerte de la esposa de éste. Como era de esperar, ya que desde el comienzo se apunta a ello, el culpable de todos los extraños sucesos es el hacendado terrateniente de la zona, el señor Hamilton, un ricachón sin escrúpulos que no duda en aplicar sus conocimientos de magia negra adquiridos en sus viajes a Haití para levantar a los muertos de sus tumbas y convertirlos en esclavos para que trabajen en una de sus minas abandonadas.
La película concluye, como también es de esperar, con una salvación en extremis de la hija del Dr. Forbes y el merecido escarmiento al malvado Hamilton por parte de sus propios zombis.
La historia de la película tiene realmente poco interés, ya que desde el comienzo se sabe quién es el malo y solo cabe esperar que pase el tiempo para que sea descubierto. Su forma de esclavizar a los humanos para convertirlos en zombis también es un poco peculiar, ya que siempre utiliza la misma argucia: tirar un vaso de cristal al suelo, para que se corte recogiéndolo y quedarse con unas gotas de sangre (que sorprendentemente llenan tarros enteros) para utilizarlas en un ritual de vudú y hacerse con su voluntad.
Por otro lado, nos gustaría aclarar que nadie se hiciera demasiadas ilusiones con el título, ya que la película está más enfocada a una intriga que a una película de zombis, cuyas apariciones son bastante más puntuales de lo que podría parecer.
Mención destacada (por lo peculiar y ridículo) merece la guarida subterránea de Hamilton, con unos incansables haitianos tocando el tambor constatemente para darle ambiente al ritual de vudú, poniendo extraños gestos y aparentemente llevados por una exagerada vigorosidad. Por otro lado, la ambientación musical, en general, llega a ser bastante molesta y el doblaje en español no le hace ningún bien.
En definitiva una película correctamente realizada, pero tremendamente predecible y con algunas escenas algo desafortunadas y absurdas, pero que a su vez es una ocasión ineludible para comprobar el argumento de las películas de zombis que se realizaban antes de la aparición en la escena de George Romero.
Juan de los Muertos, conocida internacionalmente como "Juan of the Dead" es una producción hispanocubana de 2011 que pasará a la historia por ser la primera película de zombis que se rueda en Cuba.
Nuestro protagonista, Juan, es un buscavidas cubano que mantiene una difícil relación con su hija, harta de que siempre se meta en líos. Juan junto con su compadre Lázaro, trata de buscarse las habichuelas como puede en La Habana. Juan y Lázaro y sus respectivos hijos (que mantendrán la típica tensión sexual adolescente) serán los protagonistas de esta loca historia.
Sin motivo aparente, comienzan a suceder extraños acontecimientos en la capital cubana. La gente comienza a volverse "loca" y empiezan a atacar violentamente al resto de la población. Después de descartar que no fueran ni disidentes ni vampiros, deciden que lo que realmente ocurre es que las personas se están convirtiendo en zombis. Pronto, Juan decide sacar partido de esta nueva situación, organizando una especie de "guerrilla antizombis" en forma de negocio, con su famoso eslogan: "Juan de los Muertos, matamos a sus seres queridos".
La sanguinaria y cómica actuación del grupo en busca de la salvación y la libertad guía la historia de una película que no explica absolutamente nada del comienzo de la epidemia y ni tan siquiera explica (aunque sí se lo plantean) el por qué la mayoría de zombis son lentos y torpes, pero también hay algunos rápidos y ágiles.
Lo mejor sin duda, sus buenos efectos especiales y una excelente fotografía bastante trabajada. Sin embargo, la historia es un poco absurda y la trama practicamente nula, con situaciones prescindibles y diálogos poco comprensibles.
A pesar de todo, esta película, una comedia con un humor facilón, no deja de arrancarte alguna que otra sonrisa, por esto, y por la comentada fotografía merecería la pena verla.
Wasting away es una original película de zombis norteamericana rodada en 2007. En España se le conoce como "Zombie Town", una muestra más de cómo se le cambian los títulos (ni siquiera podemos hablar aquí de traducción) de forma desafortunada y absurda a muchas de las películas. En este caso es especialmente preocupante este cambio ya que coincide con otra película denominada originalmente Zombie Town y del mismo año, por lo que la confusión suele ser constante.
La originalidad de Wasting away o Zombie Town reside en el cambio de perspectiva que tiene la película, ya que aquí los zombis (que no saben que son zombis) son los protagonistas, cambiando continuamente la visión para contarnos como ven, humanos y zombis, el mundo que les rodea. Así, el subtítulo de la película (aqui sí, tanto en inglés como en español) es: "Los zombies también somos personas".
La película gira en torno a cuatro adolescentes que toman un helado contaminado con unos desechos militares de supuestas experimentaciones para crear un "super soldado". Sin embargo, y como es fácil de adivinar, en realidad ese producto químico lo que hace es convertirlos en zombis, por lo esta vez la contaminación comienza con un producto militar.
A partir de entonces, comienzan, poco a poco y con la ayuda de un cocinero militar también infectado, a indagar sobre sus nuevas "cualidades". Ellos ven como los humanos, los no infectados, se mueven a gran velocidad, pero no se dan cuenta de que los demás (a excepción de los borrachos, por eso de la afectación del alcohol en el cerebro, suponemos) los ven con sus verdaderos aspectos: los de unos putrefactos zombis.
Finalmente, después de varias aventuras, terminan conociendo su realidad a través de los militares (los malos de la película) que les buscan para capturarlos. La película concluye con un plan para poder librarse de los militares con el fin de vivir libremente y en paz en su propia ciudad zombi (quizá ahí lo del cambio de título en España).
Zombie Town es una película atractiva y sorprendente, más aún cuando no sabes exactamente de qué va. Cuenta una historia de forma diferente, otra perspectiva que convierte a los zombis en una clase de raza maltratada e incomprendida por unos humanos sedientos de sangre.
Lo más negativo es que lo que es la historia en sí, aporta poco o nada al imaginario zombi. Es una de esas películas que parece alimentadas de otras hasta el punto de llegar a ser muy predecible y lenta en algunos de sus tramos. Otra debilidad es que, aunque está orientada hacia el humor, no siempre consigue arrebatar una sonrisa con sus diálogos o situaciones.
En conclusión, una película que merece la pena ver por su gran originalidad y novedoso enfoque, aunque a veces podemos tener la sensación de que se podría haber explotado mejor esa buena idea.
Fido, película canadiense de zombis del año 2006. En español también se conoce como "Mi mascota es un zombie".
Fido es una película que, a pesar de no haber tenido demasiada repercusión en España, tiene una excelente estética, una fantástica ambientación, una gran fotografía y por supuesto, una historia que engancha.
La historia nos sitúa en los años 50 (aproximadamente), en un mundo donde no ha tenido que superar la II Guerra Mundial, sino una guerra apocalíptica contra los zombis. Según nos cuentan en un breve documental escolar al inicio del film, los muertos comienzas a transformarse en zombis por una extraña radiación proveniente del espacio. La guerra da un giro radical tras descubrir que a los zombis se les para disparándole en la cabeza, entonces la situación queda controlada y las ciudades cercadas. Gracias a un gran invento de la compañía ZomCon, un collar inhibidor de las ansias de carne por parte de los zombis, se incorporan a éstos como una especie de esclavos-mascotas en la sociedad.
En este contexto, la película se centra en una familia residente en una colorida e idílica ciudad norteamericana. La familia, con un padre bastante indiferente, se hace con los servicios de un zombi, al que lo llamarán Fido. Tener un zombi en esa sociedad es un símbolo de poder económico. El único hijo de la pareja comenzará a tener una relación muy especial con su zombi, estableciendo verdaderos lazos de amistad.
La película, muy fresca y original, nos transporta, con gran sentido del humor, a un mundo donde la convivencia entre humanos y zombis parece posible por el sometimiento de estos últimos con una voluntad prácticamente anulada siempre y cuando el collar inhibidor esté conectado (algo que no siempre es así). Este mundo está fuertemente controlado y vigilado por los servicios de seguridad de ZomCon, que actúan a modo de CIA o KGB. Precisamente el jefe de seguridad de ZomCon será el nuevo vecino de la familia protagonista y personaje antagónico de la historia.
En definitiva, una sorprendente película que quizá disgustes a los más amantes de la sangre y las visceras, pero sin duda un muy buen trabajo que muestra la gran expansión del género zombi.
Braindead, literalmente "Muerte cerebral", aunque en España es conocida como "Tu madre se ha comido a mi perro" y en EE.UU. como "Dead Alive".
Podemos decir que esta película de zombis, dirigida por Peter Jackson, se ha convertido en una película de culto del género zombie y gore, no en vano es considerada como una de las películas más sangrienta de la historia.
Una de las peculiaridades sobre la trama es que la plaga zombi se inicia mediante la infección de un extraño animal que llega a un zoológico de Nueva Zelanda. Según se cuenta, esa especie de mono, originario de una misteriosa isla africana, es el resultado de la violación de ratas, que venían a bordo de barcos de esclavos, a pequeños monos. A partir de la primera mordedura, la infectada (esa madre que luego se come al perro de la vecina) muere y a continuación comienza a comerse a todo aquel que se le pone por delante.
La película, con escenas inolvidables, como la paliza que le da el protagonista a un recién nacido zombi (fruto de una relación entre un sacerdote zombi y una enfermera casi decapitada), cuando la madre se come su propia oreja o, como no, la megasangrienta escena del corta cesped descuartizando cuerpos de no-muertos.
Lo más negativo quizá sea una fotografía poco afortunada por momentos, algunas escenas propias de serie B y quizá demasiada sangre con grumos, excesiva en algún instante, pero divertidas en otro.
En definitva, una película de zombis original, con una estética muy peculiar, momentos muy cómicos y totalmente necesaria de ver para conocer en su amplitud este género.
