En esta ocasión, la historia se centra en un adolescente que acaba de perder a su madre, actriz de profesión, en un accidente durante un rodaje. Junto con su padre (un veterinario que estaba separado de su madre) entierran a la mujer en su pueblo de origen -el mismo en el que ocurrió los sucesos narrados en la primera entrega, aunque realmente no lo parezca- y se quedan a vivir allí.
El joven pronto hará amistades con otro adolescente del pueblo, hijastro del malvado Sheriff local. Juntos se dispondrán a enterrar al perro de éste último, tiroteado por el policía en un ataque de violencia. Como no, el lugar elegido para enterrar a su mascota será el cementerio indio del que la leyenda cuenta que es un lugar donde se revive mágicamente a todos los cadáveres allí enterrados.
Como era de esperar, el perro del joven vuelve a la vida, aunque con desmesuradas ganas de matar y aniquilar. De hecho, terminará mordiendo mortalmente al malvado sheriff, aunque a él también deciden enterrarlo -equivocadamente a todas luces- en el mágico cementerio. Curiosamente, el zombi del policía, lúcido y ágil, aunque con una higiene un poco descuidada y demasiadas ansias de sangre, comenzará teniendo con su hijo un mejor comportamiento muerto que vivo. No obstante, pronto florecerán en él las ganas de matar, de hecho, terminará cobrándose la vida de su mujer y su hijo en un accidente de tráfico provocado contra un camión de patatas.
Posteriormente llega el gran momento de la película, cuando entre el joven -en un estado ya de paranoia bastante notable- y el sheriff zombi deciden enterrar a la madre del adolescente en el cementerio de animales con el fin de que vuelva a la vida, y así será, aunque de nuevo el comportamiento no es el deseado y su interés se centra más en querer matar a su hijo y a su ex marido que en disfrutar su segunda vida. Finalmente, padre e hijo lograrán escapar de una casa en llamas que consume a la zombi de su madre, con la intención de empezar de nuevo.
Sin duda, y para lo que estamos acostumbrados a ver, la película es una más que digna segunda parte de la magnífica grabación original de 1989. Un gran reparto y una historia entretenida que, aunque quizá no llegue al nivel de emoción y suspense de su predecesora, puede despertar el interés en numerosas fases de la grabación.
Quizá lo peor sea su gran predecibilidad en algunos compases y un final más preocupado de la espectacularidad del momento que del propio desenlace. Otra cuestión destacable es el continuado intento por mantener la relación con la historia original mediante las numerosas referencias a la historia narrada en la primera película, aunque como bien se sabe, en esta ocasión nada tiene que ver Stephen King.
En definitiva, una segunda parte bien trabajada, con pocos elementos novedosos, pero una buena actuación de sus reconocidos actores. Una película recomendada para los que les supo a poco el primer film, aunque más floja y con más intención de explotar una historia de suspense que el propio fenómeno zombi provocado por la brujería india.
Trailer (en inglés):
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