Según nos cuentan en la introducción, una epidemia vírica ha provocado 600 millones de muertos en un mundo que ha acabado totalmente asolado. Los muertos han vuelto a la vida e incluso el Papa se ha pegado un tiro en la cabeza para no convertirse en zombi. El caos ha venido para quedarse y parece que ya no hay esperanza para los pocos humanos que quedan con vida.
La historia se centra en un grupo de supervivientes que resisten en unas instalaciones protegidas con vallas eléctricas. Entre esos hombres encontramos a Gyno, un científico que está realizando brutales experimentos con el objetivo de controlar el virus, y a Igor y Alen, dos cazadores de muertos oscuros y con mala leche -sobre todo Igor- que son enviados por Gyno a buscarles muertos vivientes con los que continuar sus investigaciones para buscar un antídoto.
Así, Igor y Alen toman un todoterrenos y se marchan a la aventura hasta el Sector F que se encuentra a bastantes kilómetros. La pareja no tarda demasiado en realizar la primera parada del viaje para buscar suministros en una nave industrial donde un extraño hombre llamado Caravaggio los recibe entre trozos de cadáveres. Mientras tanto en la base, Gyno decide comenzar sus experimentos con la mujer zombi de Alen que curiosamente era una científica que investigaba sobre el virus junto al propio Gyno antes de que todo aquello comenzara.
Igor y Alen continúan su camino y pasan por el Sector B para ajustar cuentas con un grupo de nazis con el que ya habían tenido algún encontronazo anterior. Tras varios puñetazos y una escapada precipitada, la pareja se monta en el coche y siguen adelante. Poco después oyen una especie de mensaje religioso emitido por radio y deciden buscar su origen que resulta estar situado en una iglesia abandonada donde no solo encuentran la grabación sino a un hombre desquiciado que se alimenta de los incautos que se acercan hasta allí. Tras pegarle un tiro al caníbal, hallan a su hija escondida no muy lejos de allí, una adolescente que era consciente de las locuras de su padre y que se marcha con ellos.
En su última parada, la pareja de protagonistas se topa con otro científico, anciano y mutilado, al que Gyno le obliga a colaborar en sus experimentos. Este hombre les cuenta los hallazgos que han conseguido y les confiesa que ahora el malvado médico pretende dejar embarazada a la mujer de Alen para crear una nueva especie. Igor y Alen salen a toda prisa para la base pero son secuestrados por los nazis que vuelven a aparecer en escena. La adolescente que va con ellos machaca -literalmente- a su peculiar "fuhrer" y metralleta en mano se carga a unos cuantos y sava a la pareja de cazadores.
Cuando llegan a la base, Gyno captura a Alen y le muestra a su mujer embarazada y el ciéntifico, totalmente fuera de sí, le explica que él es dios y que pretende construir un nuevo mundo con humanos evolucionados gracias al virus. Afortunadamente Igor consigue asesinar al doctor y Alen le pega un tiro en la cabeza a su propia mujer. Posteriormente explosionan el recinto y el trío superviviente se marcha en coche de allí.
"Eaters" es una película que se hace entretenida en términos generales por los constantes cambios o etapas en el viaje de los protagonistas, pero que, sin embargo, no ofrece en ningún momento nada realmente novedoso. Con una estética peculiar, con muchos primeros planos y movimientos de cámara, tiene un argumento que tarda en enganchar en el primer tramo por sus excesivos diálogos vacíos pero que va ganando enteros a medida que se va conviertiendo en una "road movie", ya que en este caso el interés de la acción le gana con creces al argumento.
Se percibe que no disponían de demasiado presupesto ni de unos actores con mucha experiencia, sin embargo, sí que hay momentos interesantes en los que logra mantener la atención del espectador a base de mucha sangre y una concepción de antihéroes atormentados en los protagonistas que suele funcionar bien en este tipo de filmaciones. Acompañado de mucha música techno, también tiene algún que otro momento agobiante y otros impactantes.
En esta producción tienen mucha importancia los efectos especiales ya que se muestran todos los experimentos de forma explícita. Creo que la sangre y los muñecos que se utilizan con clara inspiración ochentera son más acertados que sus efectos digitales muy poco creíbles, incluyendo, como no podía ser de otra forma, sus correspondientes manchones de sangre en la cámara.
Respecto a los zombis, no aparecen tantos en la producción como se podría esperar en un mundo postapocalíptico. Son muertos vivientes violentos pero generalmente lentos, aunque hay de todo. La mujer de Alen es una zombi claramente diferente, más sensible, más humana, que tiene miedo y que quiere evitar el daño físico -algo extraño, al fin y al cabo ya está muerta-. También se muestra que pueden aprender y mejorar y un par de ellos incluso llegan a hablar.
En definitiva, una película recomendada para los amantes del gore y de los zombis que sin mostrar nada nuevo es capaz de entrener con los escasos ingredientes de lo que dispone. No está mal del todo esta apuesta experimental italiana que da para lo que da y que tras el impacto visual que producen algunas escenas se tendrá la sensación de haber visto simplemente una más de las numerosas producciones de zombis de los últimos años.
Trailer (en italiano):
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