Pang -Billy Chong- es un joven al que su padre le somete a un durísimo entrenamiento físico, tal y como dicen, como si de un caballo se tratara. El objetivo de este hombre es preparar a su hijo para una gran batalla que tendrá lugar más pronto que tarde por la venganza de un clan rival. Paralelamente, unos malotes han encontrado a un hechicero que es capaz, mezclando la magia negra, el vudú y conocimiento ancestral oriental de levantar a los muertos. Tres o cuatro cadáveres son reanimados precisamente para tenderle una trampa a Pang de la que, como no podía ser de otra forma, sale victorioso tras una tanda infinita de patadas, puñetazos y florituras varias. Durante esa pelea el malo muere, pero al haberse convertido aquel en un lugar maldito, se queda en forma de fantasma esperando a que el hechicero encuentre una solución y un cuerpo recién muerto donde poder meterse.
Mientras continuan los brutales entrenamientos de nuestro protagonista, el fantasma malo y el hechicero se dirigen hacia una morgue para buscar un cuerpo. El proceso debe ser que el hechicero reanime el cadáver y el fantasma se meta dentro corriendo, aunque realmente no será tan fácil como parece. Sin saberlo, reaniman el cuerpo de un representante del clan archienemigo de la familia de Pang, que ciertamente no se sabe si estaba vivo o muerto, que se levanta de su ataúd clamando venganza. De esta forma, se dirige al encuentro con nuestro protagonista con el que tiene otra batalla de kung-fu del que vuelve a salir victorioso.
Al intentar volver a la vida de nuevo al derrotado miembro del clan enemigo, éste se convierte en vampiro y vuelve a por más venganza. Mientras, el padre de Pang muere y el hechicero intenta que el fantasma del malo se quede en este cuerpo, pero al no completarse el proceso, este cuerpo poseído buscará a sus compinches para darles su merecido en unas escenas en la que destaca que uno de ellos es expulsado de un templo budista por... cocinar y comerse a un perrito. El padre poseído y el vampiro intentan acabar con Pang. Al fantasma lo logra sacar el hechicero del cuerpo prestado y lo devuelve al suyo original cadáver y ahí ya se queda. Con el vampiro se protagoniza la increíble escena final de lucha de la que vuelve a obtener la victoria.
"Kung Fu Zombie" es toda una rareza de la época de los ochenta, una bizarrada con algún que otro momento divertido donde cualquier excusa es buena para estar un rato peleando. De esta forma, la filmación es realmente un carrusel de coreografías imposibles de kung-fu enlazadas por un argumento absurdo sin ninguna pretensión más allá de entretener un rato con patadas a todo lo que pase por el camino del protagonista.
Lo mejor de este trabajo quizá sean las diversas situaciones de enredo con el típico humor que caracteriza a estas películas de artes marciales. Lo peor, el mencionado batiburrillo argumental sin sentido alguno, diversos momentos intrascendentes, unos efectos especiales ridículos, unas actuaciones por lo general mejorables y una narración vacía y repetitiva.
Respecto a los zombis -teniendo en cuenta la poca consistencia de la historia-, hemos de mencionar que realmente nos encontramos con unos pocos de ellos al comienzo de la filmación, unos cadáveres que son reanimados por medio del magia negra y que aparecen caracterizados de una forma bastanta extraña. Siguiendo la línea tradicional para los zombis del vudú, estos cuerpos se moverán por los deseos del hechicero que los levantó. Aunque como hemos insistido, la miscelánea que se nos presenta es demasiado confusa.
En definitiva, una película que mezcla sin remordimiento alguno la magia negra, los vampiros, los fantasmas, los zombis, el vudú y el budismo y todo como excusa para encadenar una pelea tras otra. Aunque puede resultar entretenida en algunos momentos, lo cierto es que si no eres un amante de las artes marciales esta filmación puede convertirse en todo un infierno. Por ello, "Kung Fu zombie" será sin duda mucho más apreciada por los seguidores del kung-fu que de los zombis.
Película completa (inglés):
Valoración:
No hay comentarios:
Publicar un comentario