Un grupo de jóvenes decide pasar la noche de Halloween en un bosque de su pequeña localidad entre cervezas y relatos de terror. Un campesino del lugar encuentra en sus tierras un ataúd a poca profundidad y allí encuentra un cadáver que sin más, abre los ojos y ataca al hombre mordiéndolo y contagiándolo. Este será el muerto viviente protagonista -Flesheater- iniciador del terror.
Pronto el grupo comenzará a tener sus primeras bajas ante unos muertos vivientes que van incrementando su número mordisco a mordisco. Los supervivientes huyen de allí y logran refugiarse en una granja cercana. Sin embargo, van cayendo uno tras otro hasta ante el asedio y solo una pareja de jóvenes que se había refugiado en el sótano de la granja logra escapar.
Los zombis siguen avanzando y llegan hasta la ciudad en esta fatídica noche de Halloween. Un policía se acerca hasta la granja donde estaban los jóvenes refugiados y, aunque es atacado y asesinado, logra dar la voz de alarma. A todo esto, la pareja superviviente llega hasta una fiesta que se está celebrando en una granja dónde, lógicamente, al poco tiempo también entran los zombis para sembrar el horror entre los jóvenes.
A la mañana siguiente y consciente de la grave situación, el sheriff local reúne a un grupo de hombres armados para hacerles frente a la multitud de zombis. Estos cazadores de zombis empiezan a masacrar a todo ser que se mueve y, como se veía venir, les terminan dando dos tiros en la cabeza a la pareja de supervivientes cuando salen de su escondite, tras haberse profesado amor eterno, en una clarísima alusión a "La noche de los muertos vivientes". Finalmente, cuando todo parece controlado, el zombi protagonista aparece y muerde al sheriff, terminando de forma abierta.
"La venganza de los zombies vivientes" es una película de bajo presupuesto con ciertos momentos interesantes, pero en general bastante floja. La historia, con tetas a mansalva, se recrea en multitud de escenas intrascendentes, las actuaciones dejan mucho que desear y los efectos son bastante cutres. Respecto a la fórmula de la existencia de un zombi protagonista iniciador del contagio, recuerda un poco a la historia de Abbot Hayes en "Los hijos de los muertos vivientes" de 2001.
En esta ocasión, los zombis no solo muerden y contagian, sino que no tienen problemas en utilizar hachas y cuchillos para matar. La caracterización es bastante básica y como es habitual se les destruye con un tiro en la cabeza. Algo curioso de esta grabación es que nos narran como han sido contagiados prácticamente todos los zombis que aparecen. Aunque no se da ningún motivo concreto del levantamiento de Flesheater, los periodistas apuntan a que pudo ser provocados por antiguos ritos satánicos realizados en ese lugar.
En definitiva, una película de zombis bastante estándar sin más pretensiones que pasar un rato de miedo adolescente en Halloween. Una historia sin mucha originalidad, una música de fondo repetitiva hasta la saciedad, aunque, eso sí, un gran zombi protagonista que impone, Bill Hinzman, que siempre será recordado como el primer "zombi moderno".
Película completa (en inglés):
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