La película está ambientada en la época victoriana inglesa, en un pequeño pueblo, donde en los últimos meses se han estado sucediendo muertes sin explicación lógica aparente para el médico de la villa (el Dr. Thomson), quien recurre a su amigo y profesor de la universidad, el doctor Sir James Forbes que se desplaza desde Londres, junto con su hija, para intentar esclarecer esas extrañas muertes.
Una vez en el pueblo, el doctor Forbes (en un rol parecido a Sherlock Holmes) decide exhumar un cadáver reciente para poder practicarle la autopsia, ya que hasta el momento los familiares del pueblo no lo habían permitido, pero como era de esperar, no se encuentran nada en dicha tumba.
El doctor Forbes, junto con su pupilo, el Dr. Thomson, comienzan a atacar cabos, a raíz de la muerte de la esposa de éste. Como era de esperar, ya que desde el comienzo se apunta a ello, el culpable de todos los extraños sucesos es el hacendado terrateniente de la zona, el señor Hamilton, un ricachón sin escrúpulos que no duda en aplicar sus conocimientos de magia negra adquiridos en sus viajes a Haití para levantar a los muertos de sus tumbas y convertirlos en esclavos para que trabajen en una de sus minas abandonadas.
La película concluye, como también es de esperar, con una salvación en extremis de la hija del Dr. Forbes y el merecido escarmiento al malvado Hamilton por parte de sus propios zombis.
La historia de la película tiene realmente poco interés, ya que desde el comienzo se sabe quién es el malo y solo cabe esperar que pase el tiempo para que sea descubierto. Su forma de esclavizar a los humanos para convertirlos en zombis también es un poco peculiar, ya que siempre utiliza la misma argucia: tirar un vaso de cristal al suelo, para que se corte recogiéndolo y quedarse con unas gotas de sangre (que sorprendentemente llenan tarros enteros) para utilizarlas en un ritual de vudú y hacerse con su voluntad.
Por otro lado, nos gustaría aclarar que nadie se hiciera demasiadas ilusiones con el título, ya que la película está más enfocada a una intriga que a una película de zombis, cuyas apariciones son bastante más puntuales de lo que podría parecer.
Mención destacada (por lo peculiar y ridículo) merece la guarida subterránea de Hamilton, con unos incansables haitianos tocando el tambor constatemente para darle ambiente al ritual de vudú, poniendo extraños gestos y aparentemente llevados por una exagerada vigorosidad. Por otro lado, la ambientación musical, en general, llega a ser bastante molesta y el doblaje en español no le hace ningún bien.
En definitiva una película correctamente realizada, pero tremendamente predecible y con algunas escenas algo desafortunadas y absurdas, pero que a su vez es una ocasión ineludible para comprobar el argumento de las películas de zombis que se realizaban antes de la aparición en la escena de George Romero.
Trailer (en inglés):
Valoración:
No hay comentarios:
Publicar un comentario