La historia comienza en 1968, cuando en un hospital militar se declara una extraña epidemia provocada por un soldado ruso infectado. Pronto llegan los militares dispuestos a acabar con todo y con todos para impedir un contagio masivo. Sin embargo, uno de los recipientes con una muestra del peligroso virus ha sido robada por uno de los trabajadores del recinto que intenta huir en vano.
Después de las escenas iniciales, damos un salto en el tiempo hasta la actualidad, cuando un grupo de enfermos mentales encuentra por casualidad en el bosque el recipiente con la muestra del virus 37 años después. Como era previsible, los internos del psiquiátrico (en el que se convirtió el antiguo hospital militar destruido), acaban liberando la sustancia tóxica al aire. Pronto el virus comienza a manifestarse en las personas que estaban presentes en la fuga como si de un resfriado se tratara.
Al día siguiente, se agraba la situación de los infectados. La piel se les cae, empiezan a sentir mucha hambre y su comportamiento es cada vez más extraño. Es destacable que en esta ocasión existe una especie de conexión místico-mental entre los infectados de primera generación, algo raro, raro.
Oportunamente, el malvado director del centro médico tenía guardados varios antídotos en su despacho, sin embargo, es mordido antes de que puedan ser utilizados. Al final, termina todo el hospital psiquiátrico infectado, los zombis rompen el cerco de seguridad y escapan del edificio. La película terminará de forma abierta, con unos zombis comiéndose a un grupo de reporteros que cubría la noticia.
"El día de los muertos 2: Contagio" es una película bastante floja, floja por una historia predecible que en ningún momento despierta gran interés, floja por unos efectos especiales mejorables -por ejemplo, esas armas que disparan sin disparar- y floja por unos personajes sin matices que no levantan expectación ni por ellos ni por sus relaciones.
Los zombis, con una irregular caracterización, son bastante incoherentes y con muchas licencias poco afortunadas. Como aspecto destacable, parece que se comportan distinto los infectados según la generación del contagio (suponemos benévolamente) y que existe un punto de inflexión para perder totalmente la humanidad y el raciocinio que es probar la carne de otras personas. Como elementos positivos podemos reseñar algunas escenas bastante gores y una ambientación que puede resultar creíble.
En definitiva, una película prescindible, sin mucha coherencia interna, malas actuaciones y unos zombis muy peculiares y erráticos. Sin duda, toda una estafa para los que pretendían ver algo en común con, en teoría, su predecesora "El día de los muertos", ya que únicamente el título -y de forma obviamente interesada- es lo que tienen en común. Ni la historia, ni los zombis, ni los motivos de la infección... nada se respeta de la más que interesante película de Romero de 1985.
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