lunes, 1 de octubre de 2012

(1980) Las noches eróticas de los muertos vivientes

Las noches eróticas de los muertos vivientes es una película italina, dirigida en 1980 por Joe D'Amato donde se mezcla una floja historia de zombis con continuos desnudos y un par de escenas de sexo explícito. Originalmente se titula "Le notti erotiche dei morti viventi" y es conocida en inglés con la denominación "Erotic nights of the living dead".

Un alto cargo de una empresa se hace con una isla tropical salpicada por las leyendas de brujería con el objetivo de construir un gran hotel allí. Para llegar hasta ella contrata los servicios de un marinero y su barco. Hasta aquí, básicamente, el argumento de la primera hora de película, eso sí, salpicada con múltiples escenas sexuales.

Cuando por fin llegan a la isla, el marinero, el empresario y una acompañante de éste, se encuentran con un anciano y su nieta (¿fantasma?) que les advierten de que algo malo les ocurrirá si continúan en aquella isla maldita. Efectivamente, al intentar marcharse de allí, el barco sufre una avería y deberán aguardar a que venga la ayuda entre apariciones, revelaciones y unos muertos muy cutres que se levantan de sus tumbas.

El empresario tiene un encuentro directo con los zombis, del que logra huir hasta que la nieta del anciano que allí reside le arranca el pene de un mordisco y le entrega a los muertos vivientes para que lo devoren. Finalmente, el marinero y la mujer que acompañaba al empresario logran escapar gracias al fuego y a un amuleto, siendo rescatados. La película termina como comienza, con imágenes del marinero internado en un psiquiátrico traumatizado por la experiencia vivida.

"Las noches eróticas de los muertos vivientes" es una película bastante mala, sin demasiados aspectos destacables, más allá del continuo contenido sexual. En este sentido, destaca una curiosa escena donde una bailarina abre una botella de champán con la vagina. Del resto, nada de nada, ni actuaciones, ni argumento, ni fotografía, ni localizaciones, ni los zombis... nada merece la pena.

Los muertos vivientes tardan muchísimo en llegar. Realmente todo menos el sexo tarda en llegar. Su caracterización es inexistente e irregular, pareciendo por momentos más hombres del desierto que zombis. En teoría, parece que están influenciados por el vudú y la magia negra, aunque contagian y comen carne humana -bueno, realmente a veces la escupen y otras se la comen-.

En definitiva, una película recomendable para ponerse burraco, pero en ningún caso para ver algo interesante sobre zombis. La trama es muy pesada y extremadamente simple, los actores muy flojitos y los muertos vivientes que a veces van con máscaras, a veces sin nada, ponen la puntilla definitiva a esta prescindible película.

Escena (en italiano):



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