La historia nos sitúa en una pequeña localidad de los Estados Unidos donde comienzan a ocurrir extraños acontecimientos. Nos centramos en tres amigos adolescentes que van al instituto juntos y que no gozan de demasiada popularidad. Ya en su propio instituto han sido testigos de un altercado donde un joven aparentemente trastornado ha atacado y mordido a un profesor.
Sin ser todavía conscientes de que se está extendiendo una epidemia zombi, los tres jóvenes se dirigen en coche hacia un concierto de rock en un local de la zona cuando empiezan a percibir que algo raro está pasando pues no hay ni un solo coche en el carretera. Al llegar a su destino confirman sus sospechas cuando una horda de muertos vivientes rápidos y extramadamente violentos se dirige hacia ellos, no teniendo más opción que resguardarse en el bar donde se iba a celebrar el concierto donde se encuentra el dueño atrincherado.
Después de pensárselo mucho, los tres amigos deciden salir del bar y logran montarse de nuevo en el coche mientras los zombis continúan comiéndose a todo al que encuentran. Pasan a recoger a la novia de uno de ellos y piensan que lo mejor será dirigirse hacia su instituto e intentar resistir allí hasta que llegue la ayuda. Y así lo hacen, aunque uno de ellos tiene la mala fortuna de caer presa de los implacables muertos vivientes.
Cuando por fin logran llegar al instituto, lo único que encuentran son muertos que los persiguen para devorarlos. Uno de los adolescentes, desesperado y muy afectado por la muerte de su amigo, se queda en plan héroe facilitando la escapada al resto. Cuando ya todo parece perdido para el único de los amigos supervivientes y para su novia, un militar les agarra del brazo y les introduce en un habitáculo donde se encuentra el que creían que era el conserje del centro vestido de militar.
Este hombre que acaban de encontrar les revela la verdad. Les cuenta que todo aquello forma parte de un experimento iniciado por el ejército en los años setenta en plena guerra de Vietnam. En las investigaciones lograron revivir a los muertos para que pudieran pensar, correr y sobre todo combatir por su nación en lugar de los vivos. No obstante, el experimento que llevaban oculto se les ha ido de las manos y les avisa de que nadie vendrá a rescatarlos.
En un último intento desesperado por sobrevivir, la pareja se va de aquel lugar en el coche del militar hasta la morgue donde el padre del joven guardaba un suero que protege a los vivos del virus zombi según les había contado el supuesto conserje. En la morgue se encuentran a varias personas con trajes y máscaras de seguridad que los quieren capturar por creer que están infectados. La pareja sale de nuevo a la calle pero allí les aguardan los zombis y... y así termina, con un mensaje de "Continuará..."
"Automaton transfusion" es una propuesta muy poco innovadora para el género zombi, en la que probablemente lo más destacable sean los tremendos momentos gores bastante bien llevados que nos regalan los muertos vivientes de esta producción, unos muertos prácticamente invencibles en el cuerpo a cuerpo. El resto, una mezcla bastante típica enfocada a convertirse en otro producto de consumo adolescente sobre la temática zombi, con unos jóvenes que se mueven de acá para allá escapando de forma poco creíble de los muertos.
La ambientación no está del todo mal y la fotografía tiene detalles interesantes aunque no puede disimular algunos retazos muy poco profesionales. Los desconocidos actores que aparecen lo hacen de forma aceptable aunque sobreactuando por momentos. Los efectos especiales sí que son más acertados, con inconfundibles rasgos ochenteros que hacen de la grabación un festival de sangre.
Estamos ante una grabación de corta duración (70 minutos) que por lo típico de su argumento incluso puede llegar a aburrir en algunos tramos, aunque lo más desafortunado sin duda es su final "interruptus" en el que nos deja con la pareja superviviente rodeada de zombis y sin posibilidad de escapar, emplazándonos para ver el desenlace en la segunda parte que parece que se estrenará a finales de 2015.
Los muertos en la filmación vuelven a la vida a causa de un virus de experimentación militar y los convierte en auténticas armas de matar, increíbles depredadores que viéndolos actuar quita credibilidad a las escapadas de los protagonistas. La caracterización de los zombis es bastante irregular.
En definitiva, una película con mucha sangre y poco argumento recomendada para los más fanáticos del gore y del cine de zombis que den más importancia a las formas que al fondo. Ese lema que aparece en el cartel de "Una de los mejores películas de zombis en décadas" probablemente no se lo crea ni quien lo escribió.
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