domingo, 14 de febrero de 2016

(1961) Muñecos infernales

Muñecos infernales es una producción de terror mexicana que fue estrena en el año 1961. En el ámbito anglosajón es conocida como "The curse of the doll people".

Un grupo de cuatro hombres de negocios ha estado realizando un viaje por las Antillas, robando un ídolo religioso del vudú en su última parada en Haití. Esta profanación provocó que un hechicero lanzara sobre ellos y sus familias una maldición que siempre se la tomaron a broma. Este grupo le cuenta cómo se hicieron con la figura a nuestra protagonista, Karina, la mujer de uno de sus amigos que es especialista en ciencias ocultas y ritos indígenas.

Karina -médico de profesión al igual que su marido- se alarma al conocer los detalles del suceso y les avisa de los peligros que pueden correr. De hecho, durante esa misma reunión ya muere el primer hombre en lo que parece un desafortunado accidente. El segundo no tarda demasiado en caer por un paro cadíaco tras una visión traumática y Karina se da cuenta de que realmente estas personas han sido asesinadas en venganza por el robo del ídolo del vudú.

En efecto, no tardaremos mucho en descubrir que un hechicero está detrás de las muertes, utilizando para sus asesinatos a grandes muñecos que cobran vida para ejecutar los maléficos planes de su señor. Karina tiene un plan para llegar a la raíz del asunto y siguen al extraño hombre -que resultará ser el único zombi de la filmación- que se encarga de repartir los muñecos a sus víctimas. Nuestra protagonista decide ir hasta la tétrica mansión del hechicero a investigar, conociendo no solo al malvado personaje, sino también a su fiel sirviente, un zombi que le sirve como mensajero y en general como ayudante.

Aunque en un primer momento la dejar escapar, el hechicero considera que Karina sabe demasiado y le envía a su zombi con uno de los muñecos, aunque afortunadamente para ella no logra su objetivo. Finalmente Karina, acompañado de su marido y dos amigos, va hasta la guarida del hechicero donde saca un crucifijo a la voz de "Cristo ampáranos". El malote rehuye de la cruz y uno de sus muñecos le clava un pincho por error, en un intento desesperado por eliminar a sus enemigos le prende fuego a su casa pero Karina y sus acompañantes logran huir a tiempo.

"Muñecos infernales" es una película con momentos entretenidos pero con un ritmo muy desigual que puede llegar a desesperar al espectador. Tras una rápida presentación que nos permite conocer en muy poco tiempo los intríngulis de la historia, el desarrollo está lleno de escenas largas y repetitivas con los muñecos andando lentamente con un pincho en la mano hacia su próxima víctima, concluyendo con un final precipitado y ciertamente ridículo.

Llama la atención negativamente el pomposo guion con diálogos muy artificiales que terminan siendo más recitados que interpretados por algunos de los actores que evidentemente no eran profesionales de la escena, de hecho hay algunos momentos en los que incluso puede hacer sonreír alguna actuación tremendamente mala.

Grabada en blanco y negro, otra cosa destacable son las muertes aptas para todos los públicos, siempre con finos pinchos que atraviesan el corazón, en las que no encontraremos ni una gota de sangre en toda la filmación. Precisamente los muñecos asesinos son poco creíbles pero no dejan de dar algo de mal rollo en algunas escenas, gracias en parte también a la banda sonora que acompaña los momentos de tensión.

Aunque tiene tintes clásicos que siempre son atractivos, tampoco se pueden ocultar otros detalles ridículos como los parpadeos constante de algún muerto, la utilización de una lupa como si fuera un microscopio o ese final revelador donde se muestra que ninguna fuerza oculta supera al poder de Cristo... un plantamiento tan apoteósico como absurdo. A pesar de que la protagonista sabe mucho sobre el vudú haitiano, considera que la solución es enseñar una cruz al hechicero, cual vampiro, sin tener en cuenta que en Haití lleva dándose el sincretismo religioso entre vudú y cristianismo desde hace siglos.

Respecto al único muerto viviente que aparece en la filmación, este es la típica representación del zombi del vudú donde un muerto ha sido revivido para cumplir la voluntad de quien lo trajo de vuelta. Este zombi tiene gran fuerza y es, no solo mensajero, sino también flautista y en sus ratos libres se mete en un sarcófago egipcio para descansar... ¡toma ya! Dejando de lado lo llamativo del personaje, realmente sus apariciones son anecdóticas ya que la verdadera relevancia en la historia la tienen los muñecos infernales.

En definitiva, una película curiosa que merece la pena verla pero con mucha tranquilidad para perdonarle sus detalles cutres, que los tiene y muchos, pero es una interesante apuesta por el cine fantástico y de terror que no es que abundara demasiado en la época. Como última nota citar que su director fue Benito Alazkari que ese mismo año nos trajo "Santo contra los zombies" protagonizada por el famoso luchador mexicano El Santo.

Película completa:


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