viernes, 4 de abril de 2014

(1973) La noche de los brujos

La noche de los brujos es una película española filmada en 1973 y dirigida por Amando de Ossorio. En inglés es conocida como "The night of the witches" y tambien como "The nigh of the sorcerers".

La historia comienza con una tribu africana realizando una ceremonia con diversos bailes y música de tambor. El ritual, que incluye la decapitación de una joven blanca sacrificada -Bárbara Rey-, es interrumpido por un grupo de colonizadores que asesinan a todos los componentes de aquella tribu disparándoles a quemarropa.

Después de esta introducción nos situamos en la actualidad, donde un pequeño grupo de investigadores compuesto por tres mujeres y dos hombres obtiene financiación para estudiar los motivos de la desaparición de los elefantes en aquella selva africana. Nada más llegar, son avisados por un cazador de pieles de las leyendas y supersticiones de aquella zona que incluyen rituales de vudú, zombis y misteriosas mujeres-leopardo que durante el día tienen apariencia de felino pero que cuando cae la noche se convierten en demonios.

El grupo decide hacer caso omiso a las advertencias del cazador y se quedan acampando en la selva. Al anochecer una de las mujeres del grupo sale de su tienda y se interna con su cámara de fotos en la selva, siendo testigo de como la superchería se convierte en realidad. De esta forma, contempla como los cadáveres de la tribu salen de sus tumbas para iniciar otro terrible ritual de la que esta vez será ella misma la protagonista. Precisamente, estas mujeres que son sacrificadas y degolladas, se convertirán luego en esa especie de vampiros-leopardos-demonios del que hablan las leyendas.

Al día siguiente comienza la infructuosa búsqueda de la joven desaparecida que se ha convertido en mujer-leopardo y que irá al campamento esa misma noche para conducir a otra de las muchachas hasta la tribu de zombis para que sea igualmente sacrificada y convertida en demonio. Posteriormente estos monstruos asesinarán a uno de los hombres de la expedición que se levantará como un muerto viviente pero que es rápidamente frenado por el fuego.

Finalmente la única mujer superviviente es también capturada y herida, pero su pareja masculina logra detener los diabólicos planes de aquella tribu de muertos lanzando un cinturón de munición al fuego y rescatando a la joven. Consiguen montarse en el coche, pero en plena huída y cuando todo parece que podía concluir felizmente, la muchacha se convierte también en mujer-leopardo.

"La noche de los brujos" es una peculiar película cuyo argumento destaca por dos elementos fundamentales: que son los propios muertos vivientes los que siguen haciendo ritos incluso después de ser asesinados, pero sobre todo la introducción de las saltarinas -y por momentos esperpénticas- mujeres-leopardo que las podríamos definir como vampiras disfrazadas de neandertales.

Respecto a la filmación en sí, podemos decir que el resultado no es indigno del todo teniendo en cuenta el ínfimo prespuesto con el que se rodó. Las actuaciones hacen lo que puede con el justito guión que se nos presenta en esta producción plagada de desnudos gratuitos, varias escenas ridículas -sobre todo las grabadas en cámara lenta con las mujeres-leopardo-, más de una incoherencia gorda en la historia y unas escenas finales demasiado absurdas y precipitadas.

Esta película fue grabada por Amando de Ossorio en mitad de su famosa tetralogía sobre templarios muertos compuesta por "La noche del terror ciego" de 1972, "El ataque de los muertos sin ojos" de 1973, "El buque maldito" de 1974 y "La noche de las gaviotas" de 1975, por lo que se podría comprender que tampoco es que esta sea una de sus obras más representativa ni brillante de este director gallego fallecido en 2001 y uno de los grandes representantes del género conocido como fantaterror.

Respecto a los zombis, en la filmación podemos observar como los componentes de la tribu salen de sus tumbas la primera noche, aunque posteriormente simplemente "aparecerán", probablemente para salvar la incoherencia de que tengan que estar saliendo y entrando en sus tumbas empedradas todas las noches. El hombre que muere del grupo protagonista también es reanimado probablemente por la magia negra que impreganaba aquel lugar.

En definitiva, una producción algo extraña pero no demasiado interesante sobre unos muertos que realizan vudú y unas demonios saltarinas que, a pesar de todo, puede ser recomendable como curiosidad, para los amantes del cine de Ossorio o para los que disfruten de piezas raras del fantaterror setetentero.

Trailer:


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