martes, 26 de marzo de 2013

(1972) El hombre del cerebro sintético

El hombre del cerebro sintético, titulada originalmente "Blood of ghastly horror" y conocida también como "Psycho A-Go-Go", es una película estadounidense de 1972.

Un joven herido en la guerra de Vietnam es intervenido por un doctor -John Carradine- que prueba con él un cerebro sintético con el fin de que no pierda funciones cerebrales, sin embargo, este implante convirtie al joven en un psicópata violento, de hecho, terminará asesinado al propio científico.

Con un robo a una joyería de fondo, el joven con el implante cerebral acabará persiguiendo vehementemente a una mujer y a su hija pequeña hasta que es abatido a tiros por la policía y termina despeñado.

El padre del joven, otro científico que era amigo del doctor que le realizó el implante, pretende vengarse de todos los que llevaron a la tumba a su hijo. Para ello, después de haber estado un tiempo en Haití, crea un líquido con el que devuelve a hijo a la vida y lo mantiene sumiso a su voluntad.

El padre será asesinado por su propio hijo zombi cuando intentaba someter a la hija del médico que le realizó el implante. La policía salva a la muchacha que vuelve a la normalidad mientras el muerto viviente cae cuando dejó de ingerir el líquido creado por su padre y con el que era mantenido con vida.

"El hombre del cerebro sintético" es una película rara y mala. Aunque el argumento pueda parecer más o menos lógico, nos encontramos ante una historia caótica, con larguísimos flashback y una narración lenta y mal llevada que puede terminar por confundir al espectador. Igualmente, la fotografía, los diálogos y los actores dejan bastante que desear.

Por la grabación se deja pasar el gran John Carradine que en esta ocasión hace un insípido papel de doctor loco con buenos sentimientos y que básicamente sirve como señuelo para que los aficionados incautos caigan en las redes de este despropósito, un trabajo estéticamente malo, con una ambientación inexistente y con una historia que no acaba de entretener en prácticamente ningún momento.

Aquí el zombi es bastante extraño. Resulta que le hicieron un impante cerebral, de ahí el título, que le modificó el comportamiento, pero estando todavía vivito y coleando. Aunque no se detalla exactamente el cómo, parece que es su propio padre el que lo devuelve a la vida mezclando ciencia y sus conocimientos sobre magia negra adquiridos en Haití. La caracterización del muerto viviente es muy precaria y su aportación a la accción muy escasa.

En definitiva, una producción muy poco recomendable, un rompecabezas que no cuadra ni a patadas con demasiadas escenas mal grabadas e intrascendentes. Un desafortunado intento de continuar con la estética y el encanto de la serie B más genuina. Una obra que falla en el fondo y en las formas.

Película completa (en inglés):


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