La historia comienza en una típica iglesia danesa. Se está celebrando el funeral de un joven fallecido y paralelamente al duro sermón del sacerdote, somos testigos de la tensión existente entre los tres hermanos del fallecido -dos jóvenes y su hermana menor- ya que parece que uno de ellos lleva el mismo estilo de vida que pudo conducir al cuarto hermano a la tumba.
El hermano drogadicto se hace una raya de cocaína en la biblia, en el 666 del apocalipsis, le sangra la nariz y caen algunas gotas en el papel. A continuación, realmente no sabemos si conectado o no a ésto, los muertos de un cementerio anexo a la iglesia vuelven a la vida con muchas ganas de carne humana.
Los tres hermanos se protegen del brutal ataque en el sótano de la iglesia. En ese ambiente claustrofóbico y oscuro tendrán que hacerse fuertes, dejar sus diferencias a un lado y plantarles cara a los muertos vivientes rápidos y poderosos que los amenazan entre los recobecos de aquel lugar.
El hermano mayor es mordido y se queda atrás en la huida para intentar contener a los zombis. La hermana menor, totalmente desquiciada, encuentra a su madre, todavía viva, pero descarga su ira contenida hacia a ella a base de martillazos en la cabeza. Poco después será ella misma despezada por los muertos y su hermano mayor, ya zombi, le arrancará la cabeza de cuajo.
Finalmente, cuando parecía posible la huída, el hermano yonki se encuentra cara a cara con su hermano muerto, logra deshacerse de él y salir de la iglesia, sin embargo, ha sido mordido. La película concluye con este sobreviviente saliendo como puede del lugar en un entorno totalmente tranquilo.
"Opstandelsen" en una grabación independiente cuidada, original en su presentación, pero muy poco innovadora respecto al argumento. El comienzo es un poco lento, con demasiados diálogos profundos entre familiares y muy poca acción, sin embargo, la película va cogiendo ritmo y tiene un final muy gore lleno de sangre y cuajarones.
La fotografía es muy llamativa, centrándose en detalles, moviendo la cámara, con mucho juego de luz y planos, eso sí, no siempre de forma totalmente afortunada. La atmósfera que se crea en algunos tramos es muy claustrofóbica, pero la mayoría de situaciones que se dan son bastante típicas y comunes.
En esta ocasión los zombis son rápidos, muy básicos, pero con muchísima fuerza, es decir, máquinas de matar. La caracterización es buena y llama la atención que no solo se les puede abatir destruyéndoles la cabeza, sino que también quedan inertes atravesándoles el pecho.
En definitiva, una película correcta, con ciertos matices artísticos, pero cuyas únicas novedades son que se desarrolla íntegramente en una iglesia y que se centra en unos hermanos que terminarán comiéndose los unos a los otros. Una historia típica que realmente poco viene a aportar al género con un levantamiento repentino de los muertos y una fallida huída salpicada progresivamente por cada vez más sangre. Eso sí, una película muy familiar.
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