viernes, 2 de septiembre de 2016

(1982) Raw Force

Raw Force es una película producida por Filipinas y Estados Unidos donde se mezclan las artes marciales y el terror. También se le conoce bajo el título de "Kung Fu Cannibals".

La historia comienza presentándonos el que será el escenario principal de la trama, la denominada "Isla del Guerrero", una pequeña y remota isla habitada por una secta de monjes caníbales a los que les gusta especialmente la carne de las jovencitas de buen ver. Sobre esta isla, a la que ningún habitante local se atreve a dirigirse, se cuentan diversas leyendas. Se dice que allí van a morir los mejores guerreros y que estos monjes tienen el poder de devolverlos luego a la vida para atacar a los extraños que se adentren en este lugar. Los suministros de carne humana a los monjes se las ofrece un grupo de contrabandistas que hacen tratos con ellos a cambio minerales valiosos que extraen de la propia isla.

Posteriormente la trama se centra en un pequeño crucero de placer que se dirige hacia la mencionada "Isla del Guerrero" y en los turistas que viajan en él, entre los que se encuentran varios luchadores de artes marciales. En una escala del barco, los contrabandistas se enteran de que el crucero se dispone a ir hasta la isla, por lo que deciden que lo mejor será quitarlos de en medio para que su próspero negocio no peligre. Así, utilizando de base su hidroavión, varios malotes con peculiares vestimentas se dirigen en lancha de noche hasta el crucero donde se celebraba una fiesta.

Tras el abordaje, el capitán del barco avisa a los pasajeros de que no salgan a cubierta y se queden en sus camarotes. El grupo de turista expertos en artes marciales se enfrenta a los asaltantes que logran prender fuego al barco. Al crucero le falta poco para hundirse, pero el grupo de protagonistas salvan sus vidas con un bote salvavidas y llegan hasta tierra por el movimiento de las corrientes marítimas... ¿y dónde llegan? pues ni más ni menos que a la "Isla del Guerrero" donde precisamente los contrabandistas pretendían evitar que llegaran. Por cierto, nada sabremos de la treintena de pasajeros que se muestran en la fiesta previa al ataque y a los que, en teoría, deja morir sin más el capitán en sus camarotes. Lo más curioso es que nadie les echa en falta y tan si quiera se les nombra, es más, la propietaria del crucero se preocupa únicamente por llevarse el dinero y a la gente -que no sabe artes marciales, claro- que le zurzan, en lo que parece un fallo de guion épico.

Cuando el grupo de protagonistas llega a la isla, los primeros en recibirles son los contrabandistas armados con metralletas e incluso con un bazuca, algo que parece no ser demasiado problemas para estos luchadores. Tras ellos, los monjes caníbales les comunican que si quieren ayuda deberán ganársela luchando contra sus campeones. De esta forma, y gracias a la carne humana que ingieren, invocan a los guerreros muertos para que salgan de sus tumbas para luchar contra los extranjeros y así sucede. Comienza de esta forma la lucha final entre los vivos y los zombis de la isla, unos muertos vivientes que no pueden con ninguno de los vivos... y eso que eran los mejores guerreros de artes marciales. Los turistas huyen hasta la costa donde encuentran el hidroavión de los contrabandistas, lo roban y al final todo les sale perfecto, encuentran todos el amor y encima son ricos porque el avión estaba lleno de los preciados minerales.

"Raw Force" es una película bastante prescindible, realizada para el lucimiento de los luchadores protagonistas, aunque ciertamente las coreografías son bastante falsas y muy mejorables. Tampoco parece que les sobre el talento en artes marciales a los personajes, todos occidentales a excepción del cocinero del barco que marca las diferencias con el resto de forma muy clara. Y si las artes marciales fallan, tampoco hay noticias del terror en la historia, dándose una mezcolanza forzada y sin nada de lustre.

El argumento es prácticamente inexistente y el guion es una excusa para ir enlazando momentos de combate que es lo que realmente interesa, aunque como comentábamos más arribas ni por ahí se salva. Tampoco la ambientación es mínimamente creíble ni los personajes, interpretados de forma mediocre y muy repetitivos, tienen sentido alguno. Además de todo esto, la cinta, llena de desnudos absurdos, nos "regala" el que quizás sea el estriptis más inexpresivo de la historia de una muchacha que baila desganada mientras en el bar donde trabaja se matan a palos...

Algo sin duda peculiar de esta producción es el líder de los malos, un personaje con distintos tics y con bigotillo a lo Hitler que sin duda no pasará desapercibido para los espectadores. Por cierto, ¿alguien podría explicar la muerte de este hombre? No se le ocurre otra cosa, a pesar de que teóricamente conoce aquel lugar por sus numerosos viajes allí, que tirarse voluntariamente al agua infestada de pirañas que no tardan en devorarlo.

Por su parte, los zombis tardan en aparecer bastante, ya en el desenlace de la historia, antes solo dejan unos destellos para dejar constancia de su existencia. La caracterización de estos muertos vivientesse encuentra en la línea de los paupérrimos efectos especiales de la grabación. Estos zombis son miedosos y quedan aturdidos con facilidad, destacable también que, a pesar de ser los mejores guerreros, no pueden ni con uno de los turistas luchadores.

En definitiva, una película en la que no encaja casi nada. Quizá se podría recomendar a los amantes de las artes marciales y los incondicionales de las filmaciones ochenteras -todavía con ciertos tintes de los 70-. Para los que busquen cierta consistencia, que se abstengan de ver esta pieza que termina con una amenaza de continuar, pero que afortunadamente nunca cumplió... al menos si lo que tenía que ofrecer era similar a lo entregado en esta ocasión.

Tráiler (en inglés):


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