En un campo de prisioneros, un grupo de presos realizan trabajos forzados mientras son vigilados por varios policías carcelarios. Un pequeño grupo descubre que los folmadehídos experimentales con los que trabajan se pueden utilizar como una droga y no dudan en aspirar los vapores del químico. Ese mismo grupo de ocho prisioneros han preparado un plan para escaparse de aquel recinto y esperan a que caiga la noche para ejecutarlo y fugarse.
Mientras huyen, uno de ellos dispara accidentalmente una escopeta que le había robado a un guardia y el ruido les delata. Los presos toman una camioneta con varios bidones de folmadehídos e intentan escapar, sin embargo, no llegan muy lejos porque los policías les alcanzan y provocan que la camioneta se accidente en el antiguo cementerio del campo, quedando esparcido el líquido que transportaban. Cuando los prisioneros salen del vehículo son brutalmente tiroteados sin piedad alguna por los guardias de la prisión, asesinándolos a todos.
Poco después de haber sido asesinados, comienzan a enterrar sus cadáveres en el propio cementerio donde se accidentaron. No obstante, duran muy poco tiempo en sus tumbas, ya que en seguida reviven por efecto de los químicos con el objetivo de "destruir a los vivos" y comienzan a atacar a todas las personas que encuentran. Estos zombis son inteligentes, hablan, utilizan armas y se organizan como si de una guerrilla se tratase. Los ocho muertos vivientes llegan hasta el campo de trabajos forzados y lo primero que hacen es sabotear el generador de luz, pues una de las características de estos peculiares muertos es que son extremadamente fotofóbicos.
Los guardias, en mitad de la noche, intentan arreglar la luz mientras sufren los "ataques relámpago" de los zombis que por cierto parecen estar totalmente enganchados al formaldehído, ya que están constantemente revolcándose y bañándose en él. Finalmente, los policías tienden una trampa al grupo de muertos vivientes utilizando como cebo a una joven, cuando la intentan atrapar son nuevamente tiroteados y caen definitivamente al suelo.
"Garden of the dead" es una película de bajo costo que podemos calificar, sin temor a equivocarnos, de mala... pero con encanto. Mala porque no hay por donde agarrarla, la historia es tontorrona, la ambientación no se la cree ni el que la hizo, los pocos efectos que tiene son malísimos y está plagada de errores en la grabación. Sin embargo tiene cierto encanto, porque es de agradecer que con cuatro duros te monten un campo de prisioneros en un rancho e intenten desarrollar una historia con detalles innovadores para su época, recordemos, por ejemplo, que el tema de los bidones tóxicos en las películas de zombis se empezó a utilizar frecuentemente en la década posterior. Además, las risas están aseguradas en algunos tramos -y eso que no es una comedia-...
Sin duda, su breve duración (58 minutos exactamente) ayudan a digerir esta birria setentera que está acompañada por una constante -y a veces excesiva- ambientación musical del momento. Su guion es bastante flojito y los actores hacen lo que pueden sin demasiada convicción. Tampoco tiene escenas sangrientas, solo un detalle algo más explícito que lo aprovecharon además para ponerlo en el cartel -se puede ver junto a la palabra "Death"-.
Los zombis de la filmación tienen tela. Algo muy curioso es que toda la historia transcurre en una sola noche, de hecho, cuando los muertos reviven están a medio enterrar, probablemente calientes todavía, pero cuando se levantan de las tumbas ¡ya están descomponiéndose! todo un récord. Van con los ojos y los labios pintados de negro y algo de arcilla en la cara, la luz de los focos acelera además su descomposición -¿qué pasaría si hubiera llegado el día? será algo que nunca sabremos-. Estos muertos asesinan con sus manos y con todo lo que pillen como venganza, hablan, se comunican, tienen estrategia... se ve que al director no le gustó el planteamiento que hacía George Romero cuatro años atrás. Por cierto, ¿por qué estarán todo el rato rugiendo? Los zombis que aparecen son los ocho que son recientemente asesinados, aunque por unos momentos parece que el líquido de los bidones en el cementerio podría provocar un levantamiento generalizado, algo que habría sido apoteósico.
En definitiva, una película sin demasiado interés, con voluntad, pero muy inconsistente. Una historia con unos zombis que se comportan de forma ridícula en un campo de trabajos forzados más parecido a una granja que a un centro de seguridad. Que yo conozca no existe traducción o subtítulos en español, por lo que la versión original es la única opción para visionarla, eso sí, a los que se aventuren a hacerlo, con mucha tranquilidad y perdonándoselo todo.
Película completa (en inglés):
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